Nacido en Madrid (1933), se graduó en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid y, posteriormente, se doctoró, por la misma Universidad, bajo la dirección de Manuel Lora Tamayo y Ramón Madroñero. Muy posteriormente, se licenció en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid (1988).
Su actividad profesional se inició en la industria, tanto en España (Linoleum Nacional y Laboratorios Abelló) como en Alemania (Boehringer Ingelheim).
«Por la labor investigadora de Manfred Stud Schluter en el campo de la química heterocíclica y su aplicación al campo de los nucleósidos se le concedió el Premio de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales»
En 1965, se incorporó al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), concretamente al Instituto Alonso Barba, para pasar después al recién creado Instituto de Química Médica. Su labor investigadora se centró en el campo de la química heterocíclica y su aplicación al campo de los nucleósidos. Como resultado de estos trabajos le fue concedido, en 1976, el Premio de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
«Schluter es el creador del programa CODES basado en la relación existente entre la estructura de las moléculas de la química orgánica y sus propiedades, tanto físico-químicas como biológicas, que permite optimizar el diseño y síntesis de nuevas moléculas»
Posteriormente, su interés se centró en la aplicación de la informática a la química orgánica. Tras una estancia en Leeds, con Meter Johnson, y otra en Montpellier, con Claude Laurenço, inició su investigación en este campo. Desde 1991, fueron las redes neuronales y su capacidad predictiva el tema de interés de su trabajo. Creó el programa CODES basado en la relación existente entre la estructura de las moléculas de la química orgánica y sus propiedades, tanto físico-químicas como biológicas. Este programa permite predecir dichas propiedades y con ello optimizar el diseño y síntesis de nuevas moléculas.
A lo largo de su actividad en el Instituto de Química Médica ocupó diversos cargos, entre ellos el de Secretario, Jefe de Sección y Director (1979-1984).
El Dr. Joan García López se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona, en 1975, y obtuvo su Doctorado por la misma Universidad, en 1990. En la actualidad, y desde 1992, es jefe del Departamento de Criobiología y Terapia Celular del Instutut de Recerca Oncològica, Hospital Duran Reynals, Barcelona.
Comenzó su carrera profesional, en 1975, como Médico Asistente en el Servicio de Patología del Hospital Clínico de Barcelona, y fue en este mismo Servicio (1976-77) y en el de Hematología (1978-79), donde recibió su formación como Médico Residente. A continuación, fue el responsable de la organización de la Unidad de Criobiología del Hospital De la Santa Creu i Sant Pau (1982-89) y fue jefe de la Unidad de Criopreservación y Biología de Trasplante de Médula Ósea de la Fundació Investigació Sant Pau.
«Joan García López es, actualmente, el máximo responsable del primer Banco de Progenitores Hemopoyéticos de Cordón Umbilical de España»
A lo largo de su carrera profesional ha desarrollado multitud de Proyectos de Investigación, en muchos de ellos participando como Investigador Principal, en diversos campos, entre los que destacan la Criobiología y Conservación de Tejidos, la Manipulación In Vitro de los precursores hemopoyéticos para Trasplante, la Terapia Génica en dichos precursores y la creación del primer Banco de Progenitores Hemopoyéticos de Cordón Umbilical del país, del cual es actualmente máximo responsable.
El trabajo desarrollado le ha permitido publicar un número importante de artículos científicos en revistas especializadas de gran prestigio internacional. Asimismo, ha contribuido a la formación de la mayoría de los investigadores clínicos responsables de la Criobiología y la Hemopoyésis en España y de jóvenes investigadores, labor que ha cristalizado hasta la fecha en la Dirección de cinco Tesis Doctorales, todas ellas distinguidas con la máxima calificación de Apto Cum Laude.
Finalmente, es importante destacar su contribución como miembro activo de la Comunidad Científica en la Organización de numerosos Congresos Nacionales e Internacionales. Así mismo, participa activamente en diversas Sociedades Científicas, entre las cuales destaca su participación como Miembro Fundador y del Comité de Dirección de NETCORD (Red Internacional de Bancos de Progenitores Hemopoyéticos de Cordón Umbilical) y como Secretario Electo de la Sociedad Internacional de Hematoterapia e Ingeniería del Trasplante (ISHAGE).
El director de la Fundación Centro Nacional del Vidrio de La Granja, el profesor José María Fernández Navarro, ha sido galardonado con la Placa de Honor AEC 1999 que concede anualmente la Asociación Española de Científicos (AEC), por su valiosa aportación a lo largo de toda su carrera investigadora a favor del desarrollo científico y técnico del vidrio en nuestro país.
Esta es la entrega de dicho premio anual de esta Asociación, de la que forman parte profesionales de todos los sectores relacionados con la Ciencia.
Con la concesión y entrega de estas Placas de Honor, la AEC pretende no sólo premiar una trayectoria dedicada al crecimiento y desarrollo de la Ciencia en nuestro país en todos sus aspectos: científicos, tecnológicos, de desarrollo, de divulgación, etc., sino, también, estimular el entusiasmo, apoyo social y empresarial que tanto necesita la ciencia española en un momento crítico de nuestra plena integración en el contexto europeo e internacional.
«Durante toda su vida investigadora, Fernández Navarro ha realizado valiosas aportaciones al diseño composicional y al conocimiento de los mecanismos de formación de todo tipo de vidrios, especialmente de aquellos con altos contenidos en óxidos de hierro y en los de rojo rubí»
Coincide este premio al profesor Fernández Navarro con su designación al frente de la Fundación Centro Nacional del Vidrio de La Granja, después de una larga y fructífera vida dedicado a la investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Instituto de Cerámica y Vidrio, en donde fue jefe del Departamento de Vidrios. Durante toda su vida investigadora, Fernández Navarro ha realizado valiosas aportaciones al diseño composicional y al conocimiento de los mecanismos de formación de todo tipo de vidrios, especialmente de aquellos con altos contenidos en óxidos de hierro y en los de rojo rubí.
Son alumnos suyos destacados científicos españoles de centros del CSIC, de la Universidad y de las industrias vidrieras de nuestro país, que iniciaron sus pasos investigadores en el campo del vidrio de la mano del profesor Fernández Navarro y que, ahora, están realizando una valiosa labor potenciando las investigaciones en el vidrio en todas sus vertientes más avanzadas y con un elevado prestigio internacional, en los siguientes campos: vidrios obtenidos por técnicas sol-gel, relaciones de la superficie del vidrio con compuestos orgánicos, materiales vitrocerámicos, vidrios especiales para aplicaciones en alta tecnología, etc.
Actualmente, el profesor Fernández Navarro, con el equipo de investigación que dirige, investiga los mecanismos de corrosión de las vidrieras de las catedrales gótica y, más específicamente, de la catedral de León, lo que va a aportar conocimientos sobre los métodos más adecuados para su conservación y restauración.
Después de ver INDRA, resulta evidente que, en España, se está investigando a un altísimo nivel tecnológico.
Es interesante resaltar que, de los casi 3.700 trabajadores de INDRA, un 75% son técnicos titulados y de alta especialización: lo que significa la nada despreciable cifra de unos 2.755 científicos o tecnólogos. Aunque no hay una paridad de funciones ni de tipología personal, podríamos decir que los recursos humanos en lo científico-tecnológico de INDRA son superiores a los del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
«De los casi 3.700 trabajadores de INDRA, un 75% son técnicos titulados y de alta especialización: lo que significa la nada despreciable cifra de unos 2.755 científicos o tecnólogos»
En cuanto a recursos económicos, INDRA invierte en innovación y desarrollo el 9,5 por ciento de su volumen total de ingresos. Lo que significa que en los últimos cinco años ha invertido en Investigación, Desarrollo e Innovación 25.000 millones de pesetas.
La mención de los gastos en I+D puede servirnos para dimensionar esta empresa. Muestra que España es capaz de hacer algo importante en I+D, porque, de hecho, lo está haciendo en el caso concreto de INDRA.
Más importante que lo ya hecho por INDRA es la velocidad de crucero que ha conseguido en pocos años. Todavía radicada en el ámbito público, la empresa había pasado de un resultado neto de 106 millones de pesetas en 1995 a 3.000 millones en 1998. En sólo tres años, ha multiplicado por 30 su índice de resultados. Hoy está ya en la esfera privada y los augurios son obviamente más esperanzadores todavía. Porque tanto los dirigentes de INDRA como sus trabajadores pertenecen ya al mundo de la innovación y de la competitividad tecnológica. Y este aspecto antropológico es fundamental y decisivo. Ya se puede esperar todo de ellos.
El visitante de sus naves ve a unos hombres pegados a la pantalla del ordenador que ponen tal pasión en su trabajo que, a muchos de ellos, hay que decirles que se vayan porque hay que cerrar. Esto sucede en España y con españoles.
Por esta y otras muchas razones, la Asociación Española de Científicos (AEC) acordó conceder a INDRA su Placa de Honor AEC 1999, en reconocimiento a su labor y, sobre todo, a su brillante futuro.
La política de la Asociación Española de Científicos (AEC) de conceder anualmente sus Placas de Honor AEC a personas y entidades españolas que se hayan distinguido por su contribución real a la Investigación y el Desarrollo o la Innovación en nuestro país, aconsejó conceder dicha distinción a la empresa SENER, cuya creación supuso, desde sus comienzos, una apuesta por la innovación en todos sus aspectos.
«La creación de la empresa SENER supuso, desde sus comienzos, una apuesta por la innovación en todos sus aspectos»
Concebida en sus orígenes como una ingeniería naval, desde el inicio de su actividad apostó fuertemente por el desarrollo de nuevas tecnologías, abriendo nuevos mercados y demostrando que, en España, había muy buenos ingenieros, capaces de afrontar las más arriesgadas empresas.
SENER tiene como finalidad proporcionar a la sociedad soluciones con un elevado contenido tecnológico o científico. Para lograrlo, la organización interna se caracteriza por su flexibilidad, la confianza y la libertad, lo que permite el desarrollo de iniciativas individuales, la formación de buenos equipos multidisciplinares y un apoyo sistemático a la investigación y al desarrollo.
SENER tiene, en muchos campos, la categoría de pioneros y una notable presencia en la industria más variada, además de la antigua y considerable presencia internacional, en Energía y Procesos, en Sistemas de Transporte Urbano, en Comunicaciones y en los más avanzados Sistemas de Ingeniería Naval.