Placas de Honor 2022

24ª edición – 24/11/2022

Fernando Tomás Maestre Gil

Catedrático de Ecología e Investigador distinguido de la Universidad de Alicante

Discurso de entrega

A cargo de Amparo Navarro Faure.
Excelentísima Señora Rectora Magnífica de la Universidad de Alicante.

AEC FERNANDO MAESTRE 2022
De izquierda a derecha, Manuel Jordán, Fernando T. Maestre y Amparo Navarro.

Sean mis primeras palabras para felicitar a todos los premiados y premiadas y para agradecer a la Asociación Española de Científicos (AEC), y en especial a su presidente, el profesor Manuel Jordán, el honor que me otorga al ser la encargada de pronunciar la Laudatio del profesor Fernando Maestre, que tantas satisfacciones ha traído a nuestra Universidad y a nuestra provincia. La alegría del anuncio se convirtió en preocupación al saber que disponía de 6 minutos para resumir los méritos de nuestro premiado.

Así que pensé que no les iba a decir a ustedes que Fernando T. Maestre Gil es premio extraordinario de licenciatura (1999) y doctorado (2005) por la Universidad de Alicante (UA), habiendo recibido también el premio al rendimiento académico de la Generalitat Valenciana (1999). Que tras su paso por la Universidad de Duke (USA, 2003-2005) se incorporó a la Universidad Rey Juan Carlos, de donde es Catedrático de Ecología en excedencia, para incorporarse desde mayo de 2019 como Investigador Distinguido a la Universidad de Alicante, donde dirige el Laboratorio de Zonas Áridas y Cambio Global.

Tampoco les diré que ha realizado estancias de investigación en universidades y centros de investigación de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Australia y China. Que es investigador principal de 16 proyectos de investigación, entre ellos una Starting (2009) y una Consolidator Grant (2014) del Consejo Europeo de Investigación. Que ha publicado 300 artículos en revistas científicas internacionales, incluyendo ScienceNature y PNAS, así como seis libros y numerosos artículos de divulgación científica.

Sería innecesario decir también que se encuentra dentro del 1% de autores más citados del mundo desde 2018 y mucho menos que ha presentado más de 100 ponencias en congresos científicos e impartido conferencias invitadas en una quincena de países, habiendo dirigido también numerosas tesis doctorales.

No podía perder tiempo en decir que sus méritos investigadores le han hecho merecedor de premios como el Premio Nacional de Investigación Alejandro Malaspina (2022), el Premio Rei Jaume I, categoría de Protección del Medio Ambiente (Fundación Rei Jaume I, España, 2020), el Premio Academia de Ciencias – Fundación Pascual en Ciencias de la Vida, modalidad de investigadores jóvenes (Real Academia de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales, España, 2013), el Humboldt Research Award (Fundación Alexander Von Humboldt, Alemania, 2014), el Miguel Catalán para investigadores menores de 40 años (Comunidad de Madrid, España, 2014) y el Distinguished scientists (Chinese Academy of Sciences, China, 2019). el Premio Importante del diario Información (2021), el Premio de investigación del Consejo Social de la UA; y que ha sido también nombrado Fellow de la Sociedad de Ecología de América en 2020.0

«Maestre es investigador principal de 16 proyectos de investigación, entre ellos una Starting y una Consolidator Grant del Consejo Europeo de Investigación. Además, se encuentra dentro del 1% de autores más citados del mundo desde 2018»

No podía perder el tiempo en todo eso porque intuía que ustedes ya lo sabrían y porque lo que quería destacar de Fernando son otras cualidades que en mi opinión deben acompañar a un científico, y que permiten otorgar a sus méritos una autoridad moral que transciende sus logros en el ámbito de la Ciencia. La primera de ellas es la humildad en el trato, derivada probablemente del «solo sé que no sé nada» que, desde Sócrates, acompaña a los grandes pensadores.

La segunda es su compromiso con la felicidad en los laboratorios. El artículo de Fernando en Nature a este respecto abrió un debate hasta entonces silenciado sobre los aspectos psicosociales en los grupos de investigación. Se ha llegado a decir que se está produciendo una crisis de salud que afecta a la Ciencia. En efecto, el estrés por una competitividad feroz en la cantidad de los resultados publicados en revistas de impacto, la inseguridad en la carrera investigadora, la falta de alternativas o el miedo a no obtener financiación que permita mantener los proyectos se convierten en riesgos psicosociales graves que pueden afectar al buen funcionamiento de los grupos y, lo que es peor, a los modelos que estamos ofreciendo si queremos despertar vocaciones científicas. Fernando lo ha denunciado y trabaja para revertirlo.

Y por último, su compromiso con el territorio, no sólo porque su investigación tiene un impacto directo en nuestro país y especialmente en nuestra provincia, sino porque demuestra al mundo que se puede hacer investigación de primer nivel viviendo en Sax y trabajando en la Universidad de Alicante. Pero no se equivoquen, el profesor Maestre no es localista y, por eso, emplea sus premios en programas tan importantes como la financiación de becas para doctorados de mujeres del África subsahariana. Sabe Fernando que la igualdad y la justicia no conoce de fronteras. Por eso, por su apego a la tierra y a su gente, se le ha hecho merecedor de unos de sus más entrañables premios: un precioso jardín en su pueblo, Sax, cuna también de ilustres científicos.

«El compromiso de Fernando con el territorio demuestra al mundo que se puede hacer investigación de primer nivel viviendo en Sax y trabajando en la Universidad de Alicante»

Exponer los méritos de cualquier persona, sin caer en el vicio de lo hiperbólico, no es tarea simple. Pero de todo lo que brevemente les he reseñado se puede deducir una conclusión: Fernando Maestre es una buena persona, que es quizás lo más sencillo y más difícil de afirmar de alguien, excepto cuando a continuación empezamos a añadir peros y objeciones que suelen desmentir la primigenia afirmación. Esto no ocurre en nuestra premiado.

Fernando además es persona afable y cariñosa, que se alegra enormemente de los éxitos de los demás y te los cuenta como si fueran propios, que se apunta a la defensa de cualquier batalla que considera justa, que te da contantemente las gracias sin pensar que a lo mejor se las tendríamos que dar a él , que nos hace esbozar una sonrisa cuando nos intenta convencer de que nos debe gustar el color marrón tanto como el verde, y que le permite a la vez ser un buen padre de familia, un buen hijo, un buen marido y un buen amigo. Después de eso, lo de menos es ser un excelente científico.

Muchas felicidades Fernando por este premio, y enhorabuena a la AEC, porque la categoría de los premiados honra también a aquel que los otorga.

Respuesta del galardonado

Señora Rectora Magnífica de la Universidad de Alicante (UA), Señor Rector Magnífico Emérito de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, autoridades científicas y académicas, galardonados y acompañantes, miembros del Consejo Rector de la Asociación Española de Científicos (AEC), socios, simpatizantes, compañeros y compañeras, buenas tardes a todos y a todas.

Me gustaría comenzar mi intervención dando mi enhorabuena a todos los premiados y premiadas, es todo un honor para mí compartir este reconocimiento con vosotros, así como agradeciendo a mi querida Amparo Navarro sus cariñosas y amables palabras que, sinceramente, no sé si merezco.

AEC FERNANDO T MAESTRE GIL

Muchas gracias también a Amparo, así como a mi vicerrector de investigación Juan Mora por hacer posible que pudiera volver a la Universidad de Alicante, la institución que me formó académicamente, en 2019. Pasé 14 años estupendos en la Universidad Rey Juan Carlos, una etapa de la que guardo muy gratos recuerdos, pero sin duda alguna mi vuelta a Alicante ha sido todo un soplo de aire fresco y un aliciente tanto en lo personal como en lo profesional.

En un sistema académico como el nuestro, mover grupos enteros de investigación, proyectos de gran envergadura y laboratorios entre universidades no es nada fácil, pero Amparo y Juan se conjuraron para solucionar todos los problemas que surgieron en el camino y junto con las facilidades dadas desde la Universidad Rey Juan Carlos mi vuelta a Alicante se pudo hacer realidad. Estoy muy feliz de poder seguir desarrollando mi trabajo en mi alma máter y contribuir, con modestia pero con mucha ilusión, a que la Universidad de Alicante y la Comunitat Valenciana sean referentes internacionales en temas de gran importancia científica y socioeconómica, como la ecología y gestión de los recursos en las zonas áridas, la mitigación y adaptación al cambio climático y la lucha contra la desertificación.

Muchas gracias también a la Asociación Española de Científicos por esta distinción, que me ha hecho mucha ilusión recibir, y a las personas que me propusieron. Imagino que mi colega José Luis Todolí, con el que comparto nuestra afición al sencillo pero noble deporte de correr, habrá tenido algo que ver en este asunto… Es para mí todo un honor entrar a formar parte del ilustre elenco de investigadoras e investigadores galardonados con la Placa de Honor de esta asociación, un reconocimiento que siempre llevaré con orgullo y agradecimiento.

«Estoy muy feliz de contribuir a que la UA y la Comunitat Valenciana sean referentes internacionales en temas de gran importancia científica y socioeconómica»

Yo no estaría hoy aquí de no ser por el apoyo, el cariño y la ayuda de un gran número de personas e instituciones a las que me gustaría reconocer. Quiero comenzar agradeciendo a mi familia su cariño, amor y apoyo incondicional durante los 46 años de mi existencia. A mi mujer, María Dolores, e hijos, Lucas y Lluvia, por haberme permitido formar una familia maravillosa con la que compartir mi vida y por la que trabajar por poner mi granito de arena para que el futuro no sea tan malo como nos lo pintan.

A mis padres, Purificación y Tomás Fernando, por haberme criado como lo han hecho y por darme la libertad para poder estudiar lo que quería pese a que, allá por 1994, estudiar Biología no parecía una opción con mucho futuro. A mis hermanos, José Joaquín y Rafael, por tantos buenos momentos como hemos pasado juntos a lo largo de los años. Al resto de mi familia y a mi familia política, quien siempre me acogió como un hijo más. A quienes no están hoy aquí pero que, sin duda, hubieran disfrutado mucho este momento, como mis abuelos Rafael y Joaquín, mi abuela Pilar, mis tíos Rafael y Tomás y mi suegro Antonio.

Dice un proverbio africano que se necesita todo un pueblo para educar a un niño y soy plenamente consciente de que mi trayectoria y, por ende, esta Placa de Honor, no hubiera sido posible sin el apoyo y las enseñanzas de numerosas personas e instituciones que, pese a que son fundamentales en nuestra vida, muchas veces no tienen el reconocimiento que se merecen. Me gustaría comenzar destacando la labor de nuestras profesoras y profesores, que dan lo mejor de sí mismos para que en su día nosotros y hoy nuestros hijos e hijas no sólo adquieran conocimientos que les serán de gran importancia para su futuro devenir profesional, sino para complementar la educación que reciben en casa y que, sin duda, es fundamental para conseguir ciudadanos de bien, tolerantes, libres y con opinión propia.

En todo este proceso, juega un papel fundamental nuestro sistema educativo y muy especialmente nuestro sistema público de colegios, institutos, centros de formación profesional y universidades. Este sistema es como un árbol vigoroso con unas buenas raíces, pero que tenemos que cuidar, ya que al igual que los árboles de verdad tiene sus propias plagas y sufre con las sequías y los cambios de clima cuando estos son tan abruptos como los que estamos sufriendo en la actualidad.

Tanto la universidad pública como nuestro sistema público de investigación, desarrollo e innovación son fundamentales para que podamos afrontar con éxito los principales retos que tenemos como sociedad, entre los que se encuentran la emergencia climática, la contaminación por el plástico y otros residuos, el agotamiento de los recursos naturales, la creciente influencia de algoritmos en nuestro día a día, el envejecimiento de la población y la polarización de la sociedad.

Es, precisamente, nuestro sistema público de investigación el que me permitió seguir formándome tras mi doctorado de la mano de los mejores en Universidades como la de Duke, Montana y Vermont en Estados Unidos, quien posibilitó mi vuelta a España en 2005 y, más recientemente, el que pudiera volver a Alicante en 2019 gracias al programa GenT de la Generalitat Valenciana, impulsado en su día por la actual Consellera de Innovación y Universidades, Josefina Bueno. Yo soy un producto de nuestro sistema público de I+D+i, al que le estoy tremendamente agradecido de haberme dado la oportunidad de dedicarme a lo que me gusta y estoy firmemente comprometido con su mejora, fortalecimiento y desarrollo.

«Tanto la universidad pública como nuestro sistema público de I+D+i son fundamentales para que podamos afrontar con éxito los principales retos que tenemos como sociedad, entre ellos, la emergencia climática»

Tampoco quiero olvidarme de todos los mentores que he tenido a lo largo de los años, y muy particularmente a Jordi Cortina, Susana Bautista y Jim Reynolds, y a los más de 100 técnicos, estudiantes, doctorandos, investigadores postdoctorales y visitantes que han pasado por el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global, a los que no puedo nombrar a todos para evitar alargarme más de la cuenta. Nuestra investigación y, por ende, el reconocimiento que recibo por ella, no sería posible sin todo su trabajo, ideas e ilusión, y ellos y ellas me hacen ser y parecer mejor investigador de lo que soy en realidad. Una de las cosas me más satisfacción me genera de nuestro trabajo, si no la que más, es ver cómo las personas que han pasado por el laboratorio alcanzan sus metas personales y profesionales, ya que yo disfruto con sus logros tanto o más que con los míos. Esta Placa de Honor sin duda que lo es también de ellos y supone un reconocimiento a su labor.

Soy un firme defensor de que un entorno de trabajo saludable es algo fundamental para desarrollar una labor académica y científica de calidad e impacto. La terrible pandemia de la COVID-19, que aún se resiste a dejarnos, ha puesto sobre la mesa la importancia de temas como la salud mental, la cooperación, el trabajo en equipo y el cuidado de las personas. Lamentablemente, durante muchos años numerosos colegas que trabajan o han trabajado en la academia han sufrido las consecuencias de aspectos que tradicionalmente se han considerado como inherentes a este trabajo tan estimulante como competitivo: las jornadas maratonianas de trabajo, la enorme presión por publicar, la falta de ética y de conciliación de la vida familiar y laboral, la discriminación por cuestiones de sexo o raza, los comportamientos tóxicos y el acoso en numerosas formas. Hablar sobre estos temas en la academia era (y sigue siendo en muchos sitios) tabú, y bajo una mal entendida vocación y un entramado de pleitesías y favores se justificaban y perpetuaban comportamientos a todas luces inaceptables dentro de nuestras instituciones.

La cultura científica actual debe cambiar. No podemos permitir que dedicarse a la investigación implique sacrificar nuestra salud o nuestra vida personal, ya que difícilmente podemos ser creativos y productivos cuando estamos quemados, somos infelices o tenemos problemas de salud derivados de la sobrecarga de trabajo. Debemos, pues, reconocer estos problemas y ponerlos encima de la mesa para así poder empezar a debatir y construir medidas que consigan que nuestros laboratorios sean lugares más saludables en los que se formen investigadores e investigadoras, no lugares donde se destruyan personas. Ello sin duda redundará en que trabajemos mejor y seamos mucho más creativos y productivos.

«Tanto la universidad pública como nuestro sistema público de I+D+i son fundamentales para que podamos afrontar con éxito los principales retos que tenemos como sociedad, entre ellos, la emergencia climática»

A lo largo de mi carrera, yo he intentado buscar, con modestia y mucha ilusión, la excelencia académica y científica, pero siempre desde el respecto a las personas y promoviendo que la gente que trabaja conmigo pueda hacerlo disfrutando y estando lo más feliz posible. Y hacerlo así no ha evitado que en nuestro laboratorio hayamos alcanzado estándares elevados a nivel internacional en materia de productividad científica, impacto mediático, financiación, divulgación y supervisión de investigadores e investigadoras postdoctorales y estudiantes de grado, máster y doctorado. Estoy firmemente convencido de que es posible tener una carrera académica plenamente satisfactoria y que tenga un impacto positivo a nivel científico y social sin sacrificar nuestra vida personal, y las vidas de los que nos rodean, en el camino.

Ahora que estamos inmersos en un momento de cambio y transformación, que está siendo acelerado a marchas forzadas por la pandemia que nos está tocando vivir y por otros condicionantes económicos, sociales, ambientales y geopolíticos, tan importante como hacer cosas es cómo las hacemos. Y, claramente, no podemos seguir mirando hacia otro lado en temas como la salud de los investigadores e investigadoras, las malas praxis, la falta de conciliación familiar, la discriminación y el acoso. Pongámonos pues manos a la obra entre todos para cambiar el statu quo actual y convertir nuestras universidades y centros de investigación en lugares más inclusivos, centrados en las personas y su bienestar y, utilizando una palabra que está muy de moda en estos momentos, más resilientes y preparados para afrontar los retos del futuro.

Y no me extiendo más, termino agradeciendo de nuevo a la Asociación Española de Científicos este reconocimiento y a todos vosotros vuestra atención. Muchas gracias.

Fernando Tomás Maestre Gil. Catedrático de Ecología e Investigador distinguido de la Universidad de Alicante.

Isabel Varela Nieto

Profesora de Investigación del Instituto de Investigación Biomédica Alberto Sols (CSIC-UAM)

AEC ISABEL VARELA TODOS
De izquierda a derecha, Manuel Jordán, Isabel Varela y Enrique J. de la Rosa.

Discurso de entrega

Autoridades, colegas, amigos. Es un honor presentar los méritos que hacen a Isabel Varela-Nieto merecedora de la Placa de Honor de la Asociación Española de Científicos (AEC). Sin embargo, no me ha sido fácil decidir cómo presentarlos. No quería dar pie a la sospecha de que a mis palabras las guía la amistad que nos une, porque a lo largo de nuestra carrera científica he tenido el placer de compartir con Isabel iniciativas, actividades, artículos e, incluso, vacaciones con los niños, desde que nos suspendieron a los dos la primera vez que nos presentamos a las oposiciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Por ello, he echado mano de la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, mucho menos conocida que su «hermana mayor», la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero muy relevante para el campo de la investigación. Esa declaración establece los principios que deben guiar el comportamiento de los investigadores. Su artículo 15 determina que: «Los beneficios resultantes de toda investigación científica y sus aplicaciones deberían compartirse con la sociedad en su conjunto». Isabel, a lo largo de toda su carrera, ha hecho honor a dicho principio con un alto nivel de responsabilidad personal y social.

Isabel es Dra. en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Actualmente, es Profesora de Investigación del CSIC en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (IIBAS, CSIC-Universidad Autónoma de Madrid) y Vocal Asesora de la Presidencia del CSIC. Lo primero, Profesora de Investigación, es fruto de su labor investigadora, con más de 130 artículos, 25 capítulos de libro y 12 revisiones publicadas. Además, ha sido investigadora principal de más de 40 proyectos nacionales e internacionales, algunos en colaboración público-privada, entre otros méritos.

Lo segundo, Vocal Asesora, tiene seguro que ver con su compromiso con nuestra institución y sus compañeros, en particular, y con la ciencia española, en general. Isabel ha desempeñado a lo largo de su carrera cargos de representación y gestión de todo tipo. Entre los nacionales, es la actual presidenta de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) y, merece la pena destacar, la segunda presidenta además de Margarita Salas. Fue antes secretaria de la SEBBM, vicedirectora del IIBAS, y desempeñó papeles relevantes en la Sociedad Española de Neurociencias y la Sociedad Española de Biología del Desarrollo, entre otros. En el ámbito internacional, ha tenido implicación relevante en la Association for Research in Otolaryngology y en la Federation of European Biochemical Societies. Ha sido representante española en la COST: European Cooperation in Science and Technology y en el European Medical Research Council – European Science Foundation, participando en varios de sus grupos de trabajo.

«Varela es la actual presidenta de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) y, merece la pena destacar, la segunda presidenta además de Margarita Salas»

Toda esta actividad en el ámbito científico se ha complementado y completado con la responsabilidad social como investigadora a la que arriba he aludido. Su línea de trabajo como investigadora independiente ha ido evolucionando del estudio de aspectos básicos del desarrollo del oído interno a, basándose en el conocimiento básico generado en su grupo, la comprensión de las bases genéticas y moleculares de la audición y de la pérdida auditiva, lo que constituye un claro ejemplo de buscar beneficiar a la sociedad que nos financia.

Además, su vocación divulgadora, otro compromiso con la sociedad, quedó de manifiesto cuando en 2008 formó y coordinó la Comisión Divulgación: Ciencia para Todos en la SEBBM. Isabel, en 2010, cuando coincidimos en la Junta Directiva de la SEBBM, me confió montar una actividad divulgativa al estilo de los Cafés Científicos de Canadá. A falta de café, bueno fue el chocolate, y así nació Cienciaconchocolate, actividad en la que se iniciaron en la divulgación un buen grupo de científicos, Margarita del Val (Placa de Honor de la AEC), entre ellos.

Además, Isabel ha participado en 6 proyectos de divulgación de la SEBBM financiados por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), FP7 y Horizonte 2020 y ha escrito el libro La Sordera (CSIC-Editorial Catarata), entre otras muchas numerosas actividades dirigidas a público de todo tipo.

«Su línea de trabajo ha ido evolucionando del estudio de aspectos básicos del desarrollo del oído interno a la comprensión de las bases genéticas y moleculares de la audición y de la pérdida auditiva»

Por todo ello, la Profesora Isabel Varela Nieto es un ejemplo de persona dedicada a la ciencia que necesita la sociedad actual. Investigadoras e investigadores que abordan problemas relevantes, tanto científica como socialmente, siguiendo principios éticos. El conocimiento generado lo transmiten a sus colegas científicos en forma de publicaciones y comunicaciones a congresos, pero también a los ciudadanos en forma de divulgación, formación, bienes y servicios, estos últimos para intentar solucionar problemas acuciantes de la sociedad. Por todo ello, Isabel ha sido merecedora de la Placa de Honor 2022 de la AEC.
Enrique J. de la Rosa Director del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC) y vicepresidente primero de la AEC

Respuesta de la galardonada

Buenas noches a todos los presentes, autoridades, colegas, amigos, para mí es un privilegio estar hoy aquí particularmente con mi familia.

Muchas gracias, Enrique, por tus palabras. Como ha mencionado Enrique, nos conocimos opositando y no somos la única pareja de hecho de las oposiciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Desde entonces, hemos mantenido una muy buena estrecha relación como han puesto sus cariñosas palabras de manifiesto.

AEC ISABEL VARELA

Quiero mencionar, en primer lugar, mi agradecimiento a la Asociación Española de Científicos (AEC), os agradezco de todo corazón este premio que conocía desde que tuve la oportunidad de presentar la Placa de Honor otorgada a Luis Montoliu. Me sorprendió desde aquel momento la importancia que tienen estos premios en el reconocimiento amplio de todos los sectores que contribuyen a una vida científica sana, a la sociedad que estamos creando entre todos y, enhorabuena, porque en estos 50 años habéis contribuido enormemente a ello.

Mi felicitación, por supuesto, más calurosa para todos los colegas que estamos compartiendo este gran día inolvidable con estos premios. No me quiero olvidar de mi vicepresidenta, de Ana Castro, que tiene una agenda endemoniada y está hoy aquí y, Ana, espero que esto que el CSIC ha unido también dure toda una vida porque Ana, más allá de sus méritos profesionales, es una persona excelente.

Me ha hecho una especial ilusión la mención que habéis hecho en la motivación para entregar el premio a mi trabajo en la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), que cumple 60 años en 2023. ¡Somos 10 añitos más mayores que vosotros! Entre sus fundadores, estaba Severo Ochoa y para mí es un orgullo ser su segunda presidenta, nada menos que después de Margarita Salas; lo cual todos entenderéis que es un reto de grandes proporciones, además de un orgullo. Creo que esta Sociedad, ya desde sus inicios, contribuyó no solamente a cimentar la investigación científica en España, sino también a que, en aquel momento complicado de los años 60 y pocos, la SEBBM ayudó a hacer una sociedad española más abierta, más democrática y más justa. Haber podido contribuir a avanzar en este camino trabajando para la SEBBM es una de las cosas a las que le doy personalmente mayor importancia, y os agradezco mucho que lo hayáis mencionado en la entrega del premio.

«Desde sus inicios, la SEBBM contribuyó a cimentar la investigación científica en España y, también, a hacer una sociedad española más abierta, más democrática y más justa»

Además, viene de otra asociación, por lo que sé que conocéis las dificultades y las alegrías que entraña esta vocación de construir, desde una sociedad científica, una sociedad más culta, cohesionada y más implicada en la ciencia. En España, crónicamente, tenemos una debilidad económica en ciencia que nos marca el paso, espero que esta sea también una oportunidad para que hagamos lobby a favor de la ciencia, y entre todos otro tipo de sociedad.

Ya he hablado de mi segunda pasión. Mi primera pasión es, desde luego, mi familia. Yo, siendo mujer y más con mis años, soy consciente de que no hubiera llegado a nada si no hubiera tenido un apoyo impresionante en casa.

La tercera pasión, por supuesto, es mi trabajo. Todos lo sabemos, no somos individuos, somos equipos, somos grupos y, en nombre de todos, agradezco hoy este premio al trabajo de tantos años, en mi caso, de más de 30 años, posiblemente más de 100 o 200 personas con muchísimo entusiasmo, muchísimo trabajo, muchísima energía, con grandes colaboradores como Enrique, y esto entiendo que es un premio a todo este esfuerzo colectivo. Es verdad que empezamos estudiando el desarrollo embrionario, pero hemos ido evolucionando y ahora nos interesan mucho más las bases moleculares de la enfermedad, de la pérdida auditiva y también de las mielinopatías con algunas incorporaciones recientes que hemos tenido al equipo.

Por este camino apasionante, por el que hemos recorrido desde aspectos muy básicos hasta llegar a describir nuevos genes de sordera humana, siempre en colaboración con grandes equipos, la verdad que ha sido algo fascinante y ahora estamos más volcados en aspectos más biomédicos e incluso de diagnóstico en el caso de mielinopatías de algunos tumores. Uno en ciencia sabe dónde empieza, pero no sabe dónde va a terminar, y eso es lo que yo creo que hace de nuestra profesión algo tan apasionante, ¿no? La curiosidad y el descubrimiento.

Y, bastante en línea con las palabras de Enrique sobre conciencia social, aunque no habíamos intercambiado discursos, mis últimas palabras van dedicadas a los pacientes con pérdida auditiva. Vivimos en una sociedad y, más en España que en otros países, en la que no pondera la importante incapacidad que causa la sordera.

Solo por compartir con vosotros algunos datos, ya que me dais un micrófono, por ejemplo, en los niños dificulta muchísimo la educación; apenas ahora con los implantes cocleares los sordos han llegado a la universidad, en las últimas décadas. En los adultos, dificulta la integración laboral, es la tercera causa de incapacidad laboral. Una de cada tres personas mayores de 65 años es sorda, una de cada dos personas mayores de 75-80 años será sorda y, en conjunto, son 500 millones de personas con un diagnóstico de una incapacidad en el día a día por pérdida auditiva.

Son unos números que crecen continuamente por dos factores: uno es el envejecimiento de la población mundial; y el segundo es el incesante incremento en la exposición al ruido, no sólo el laboral sino también el ruido recreativo. Quiero dar una llamada de atención sobre esto y espero que estas palabras hayan sido también un punto de inflexión en la manera en la que todos los presentes enfocáis la sordera.

«Uno en ciencia sabe dónde empieza, pero no sabe dónde va a terminar, y eso es lo que creo que hace de nuestra profesión algo tan apasionante»

Quiero felicitar a todos mis compañeros y a todas mis compañeras premiadas, unos méritos impresionantes todos vosotros, me siento muy honrada de pertenecer a este grupo, muchísimas gracias.

Isabel Varela Nieto Profesora de Investigación del Instituto de Investigación Biomédica Alberto Sols (CSIC-UAM)

María Lois

Científica Titular del CSIC en el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) y directora del CRAG

Discurso de entrega (I)

Excelentísimas Autoridades, queridos colegas, amigas y amigos.

Como creo que sabréis que mi campo de experiencia son las plantas, para ir creando ambiente de opinión, permitidme empezar recordando, en este foro más Biomédico, que sin plantas no hay vida, y que de ellas dependemos en todos los sentidos, por lo que para mí es un placer presentaros a María Lois, una ilustre y joven científica trabajando también en plantas y recientemente nombrada Directora del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG).

AEC MARIA LOIS TODOS

«María Lois es una joven, ilustre y activa investigadora, pionera en SUMOylación, dedicada con pasión tanto a la transferencia de tecnología para mejorar la salud humana y vegetal como a la divulgación»

En primer lugar, quiero agradecer enormemente a Nuria Sánchez Coll, Placa de Honor 2014 de la AEC de Investigadores jóvenes, que haya aceptado compartir la presentación de María en este Acto de la Asociación Española de Científicos (AEC), pues resulta que mi relación con María se inicia de modo casual, pero muy simpático y entrañable.

Conocí a María personalmente por una situación de azar, hace algunos años, cuando tuve la suerte de estar invitada a un acto conmemorativo al profesor Joan Seoane, organizado por Maruxa Suárez Cervera, ambos catedráticos de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona. Y, ya en la tarde-noche, cruzando uno de los pasillos de la Facultad de Farmacia, oigo «María, ven, ven… te voy a presentar a Mari Carmen Risueño, que es (no hace ahora al caso), y mira, Mari Carmen, te presento a Mari Lois, que acaba de venir de USA, sabes, ha trabajado en la Rockefeller con Chua, en la Cornell, y en el Memorial Sloan Kettering».

Os podéis imaginar mi asombro porque quedé realmente impresionada, conocer a una persona tan joven y con ese background, y Maruxa añade, «además Mari Lois es mi nuera». Sinceramente, ¡qué emoción!, y qué momento tan bonito qué recuerdo con mucho cariño.

María Lois es una joven, ilustre y activa investigadora, pionera en SUMOylación, habiendo identificado nuevos mecanismos reguladores de conjugación SUMO en plantas, el papel de la SUMOylation en la defensa de plantas frente a hongos patógenos, y, además, dedicada con pasión tanto a la transferencia de tecnología de su investigación en aplicaciones para mejorar la salud humana y vegetal como a la divulgación, lo cual explicará muy bien Nuria.

María nació en Barcelona, se doctoró en Bioquímica en 1999 (Universidad de Barcelona) y realizó cuatro años de investigación postdoctoral en Nueva York, EE. UU. (Universidad Rockefeller, WMC de la Universidad de Cornell y Memorial Sloan Kettering), obteniendo resultados de gran relevancia que le permitieron conseguir, en 2004, un contrato Ramón y Cajal y volver a España como líder de Grupo Joven a la Universidad de Barcelona. En 2008, obtuvo una plaza de Científica Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para trabajar en el CRAG, donde desde entonces lidera su grupo de investigación.

Como investigadora independiente, María se ha centrado en el estudio de un mecanismo de regulación celular conocido como SUMOylation, que implica la unión de la pequeña proteína SUMO a otras proteínas para regular su actividad. La investigación pionera de María Lois sobre SUMOylation en plantas fue soportada en base a una subvención inicial del European Research Council (ERC) de 2008 a 2014.

Algunas de sus importantes contribuciones han sido: la identificación de nuevos mecanismos reguladores de la «conjugación SUMO» y el descubrimiento del papel de la SUMylación en la «defensa de las plantas frente a hongos patógenos». También está interesada en el papel de SUMO en estreses abióticos, como es la sequía, de gran importancia en el contexto del cambio climático. Sus estudios recientes constituyen un campo de investigación emergente, pues sugieren que la SUMOylación actúa como un interruptor molecular que dirige las transiciones de desarrollo en plantas, específicamente en la semilla y al inicio de la senescencia.

Quiero incidir en el hecho de que María ha sido recientemente nombrada nueva Directora del CRAG, centro de renombre internacional, siendo la tercera directora del Consorcio CRAG que engloba investigadores del CSIC, IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias), Universidad de Barcelona y Universidad Autónoma de Barcelona.

«Recientemente nombrada nueva directora del CRAG, centro de renombre internacional, los estudios recientes de María Lois constituyen un campo de investigación emergente»

El pasado mes de diciembre el Patronato del CRAG procedió a nombrar a María como nueva directora del Centro tras un proceso de selección internacional coordinado por la Institución CERCA, y con la participación del Consejo Científico Asesor Externo del CRAG, y María Lois asumió el cargo el 01 de febrero. María es una de las poquísimas mujeres directoras de Centros de Investigación CERCA catalanes y de Centros de Excelencia Severo Ochoa españoles.

Quiero resaltar su arrojo y valentía en aceptar este reto, y esto no es fácil ni es gratuito, lo digo con conocimiento de causa, desde mi veteranía en el CSIC y en el campo de plantas, pues conozco muy bien a muchos científicos de ese centro, con los que he colaborado tiempo, y las dificultades, cómo se ha gestado.

Es un sitio difícil, pero no me cabe duda que María, con su buen hacer, su buena cabeza y tesón y su determinación, hará frente a estos retos y generará soluciones que beneficiarán al sector agroalimentario y bioeconómico, pero, sobre todo, facilitará y dará paso a futuros líderes para encarar los desafíos y la responsabilidad social en relación a los mismos, facilitando la transición ecológica para alcanzar una sociedad sostenible y equitativa en la medida de lo posible.

Paso la palabra a Nuria. Muchas gracias.

María del Carmen Risueño Profesora Ad Honorem del CSIC y vicepresidenta segunda de la AEC

Discurso de entrega (y II)

Buenas tardes Excelentísimas Autoridades, queridos colegas, amigas y amigos.

Es para mí un honor volver a encontrarme en este foro al cabo de unos años, en esta ocasión, para presentar a María Lois, con quien compartimos centro de adscripción, el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), y centro de afiliación, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Aprovecho para felicitar a María y dar todo mi apoyo en esta nueva etapa de su carrera en la que ha tenido la valentía de asumir la dirección de nuestro centro, con toda la complejidad que esta tarea implica, más teniendo en cuenta que se trata de un centro que consorcia cuatro instituciones diferentes, cada una con sus particularidades, y unos 20 grupos de investigación en temáticas muy distintas englobadas dentro de la Agrigenómica, incluyendo varios grupos emergentes.

En mi caso, conocí a Maria en el año 2012, al incorporarme yo al centro como colíder del grupo Enfermedades Bacterianas y Muerte Celular de Plantas. En ese momento, el consorcio se acababa de instalar en el centro recién construido dentro del Parque Científico del Campus de la Universidad Autónoma de Madrid.

María y yo compartimos interés en los mecanismos de regulación de la proteostasis -o homeostasis de proteínas- en plantas. Como ha comentado Mari Carmen, Maria centra su línea de investigación en el estudio de los mecanismos que regulan la SUMOylación en diferentes contextos. En este sentido, quiero destacar que María es una excelente bioquímica y antes de trabajar con SUMO, realizó su tesis doctoral sobre biosíntesis de isoprenoides en el laboratorio del célebre Prof. Albert Boronat de la Universidad de Barcelona.

María participó en numerosas publicaciones de altísimo nivel durante ese período y que se consideran de referencia en este campo. Su sólida formación en laboratorios de excelencia y su temprana productividad sentaron las bases de la gran científica que es hoy, capaz de asumir enormes retos como está haciendo.

Mi relación con María se estrechó a partir de 2014, cuando coincidimos en el 1r Meeting de la COST Action Proteostasis en Valencia. El objetivo de esta COST (2014-2018) era agrupar investigadores de toda Europa para facilitar la investigación y las colaboraciones en los campos de Ubiquitina/Proteasoma, autofagia y sistemas lisosomales en salud y enfermedades. Se trataba de un tema emergente en ese momento que ha ido ganando impulso durante todos estos años, dando lugar a grandes avances conceptuales en la regulación de proteínas.

«La sólida formación de María Lois en laboratorios de excelencia y su temprana productividad sentaron las bases de la gran científica que es hoy»

En ese congreso, se formó el grupo de trabajo de Proteostasis en Plantas, del que han surgido numerosas colaboraciones y nos llevó a María y a mí a organizar un congreso en Barcelona con esa temática en el año 2016, cofinanciado por la COST y B-Debate, una iniciativa de CaixaBank. El congreso fue un éxito, la comunidad ha ido creciendo a lo largo de los años, y los congresos han continuado (en Tübingen, en 2018, en Madrid este año y el próximo será en Viena, en 2024).

Actualmente, existe una gran comunidad de Proteostasis de Plantas en Europa que engloba a grupos de altísimo nivel científico y sigue creciendo, en grupos y publicaciones. Quiero destacar también que, en este contexto, María ha editado dos libros de la serie Methods in Molecular Biology de Springer.

María y yo seguimos siendo miembros de la COST, que ha vuelto a ser financiada, bajo el título Proteocure (2021-2025). Esta nueva acción tiene una orientación más biomédica, lo cual nos motiva a las dos, dado que nuestra investigación, a pesar de utilizar las plantas como organismo modelo, siempre ha tenido la mirada puesta en mecanismos y posibles aplicaciones en biomedicina.

En este sentido, me gustaría hablar de la gran labor que María ha realizado en el campo de la transferencia del conocimiento básico al mercado. Maria ha obtenido financiación en proyectos de transferencia altamente competitivos como son la ERC Proof of Concept, la convocatoria PRODUCTE de la Generalitat de Cataluña y CAIXAIMPULSE, financiada por Caixabank. El objetivo de estos proyectos ha sido nada menos que desarrollar una nueva familia de fármacos anticancerígenos basándose en la tecnología SUMOBLOCK o bloqueo de la conjugación de SUMO a partir de conocimientos mecanísticos obtenidos en plantas. Estos proyectos están orientados inicialmente a la Leucemia Mieloide Aguda (LMA), para desarrollar fármacos menos citotóxicos que los existentes actualmente en el mercado, pero podría extrapolarse a otros tipos de cáncer.

«A pesar de utilizar las plantas como organismo modelo, María Lois siempre ha tenido la mirada puesta en mecanismos y posibles aplicaciones en biomedicina, como el desarrollo de fármacos anticancerígenos»

María además ha estado muy involucrada en las decisiones del CRAG en relación con la transferencia de conocimiento, siendo parte de la comisión de transferencia bajo la anterior dirección. Actualmente, está impulsando un nuevo modelo de centro más dinámico, más humano y que busca poder trasferir la investigación básica de calidad que llevamos a cabo a aplicaciones en el campo agro y biomédico. Gracias por asumir este gran reto y enhorabuena por todo lo conseguido hasta ahora, que es mucho.

Nuria Sánchez Coll Científica Titular del CRAG-CSIC Barcelona y Placa de Honor de la AEC

Respuesta de la galardonada

Excelentísimas autoridades, queridos amigos y colegas. No podría empezar sin mostrar mi más sincero agradecimiento a la Asociación Española de Científicos (AEC) por este reconocimiento a mi dedicación a la ciencia. Este honor es doblemente mayor al compartir reconocimiento con científicos de tan alto prestigio, a los que desde aquí muestro mi mayor respeto y admiración.

Y, sin duda, me siento muy afortunada de recibir el premio de la mano de dos grandes científicas, Mª Carmen Risueño, que es para mí un gran referente de mujer de ciencia, cuyos esfuerzos nos han allanado el camino a las siguientes generaciones, y Núria Sánchez- Coll, una gran colega con la que he compartido aventuras que han tenido un impacto positivo en mi carrera investigadora.

Requiriendo una gran esfuerzo y dedicación, más aún, teniendo en cuenta los recursos tan escasos disponibles en nuestro país, me siento afortunada de poder desarrollar una carrera investigadora. La investigación es un camino que se recorre acompañado. Empujado por las ganas de descubrir y entender el mundo que nos rodea. Ese esfuerzo que constituye el paso previo a la generación de soluciones que contribuyen a construir una sociedad más equitativa.

Los compañeros de viaje son esenciales como inspiración y apoyo cuando se dan pasos en falso. En el día de hoy, se hace una valoración de los éxitos conseguidos, grandes o pequeños, pero para que estos existan, muchos otros fracasos, o como prefiero decir, aprendizajes, se han tenido que producir. Y es durante ese aprendizaje cuando es tan importante la ayuda de esos compañeros que creen en ti más que tú misma, que te agarran de la mano y ayudan a levantar para hacer enfrente al siguiente reto.

Este periplo científico empieza con los profesores que encienden la llama de la curiosidad. En mi caso, puedo recordar la fascinación que me creó la clase de biología del instituto en la que el profesor explicó cómo la comida se transformaba en energía. En ese momento, tuve claro que quería estudiar bioquímica. Después, bajo la supervisión del profesor Albert Boronat, tuve la inmensa suerte de desarrollar un proyecto de tesis que resultó en la identificación una nueva vía metabólica de síntesis de isoprenoides, abriendo nuevas oportunidades para la generación de antibióticos y compuestos de alto valor para la salud y alimentación.

Esta formación me abrió las puertas para seguir formándome en Rockefeller University, WMC Cornell y el MSKCC. También tuve la suerte de que, en España, se empezara a apostar por la ciencia y se creara el programa Ramón y Cajal, lo que me permitió elegir volver a casa para desarrollar mi línea de investigación independiente. Es una obligación reconocer la apuesta que se hizo en la investigación en los primeros años de la década de los 2000, pero también hay que reivindicar que no es suficiente y que se necesita revertir el retraso derivado de la crisis económica. En este país nuestro, hay mucho talento y no nos podemos permitir el lujo de desperdiciarlo.

«La investigación es un camino que se recorre acompañado. En este país nuestro, hay mucho talento y no nos podemos permitir el lujo de desperdiciarlo»

Desde que empecé mi andadura como investigadora independiente, la montaña rusa ha sido la tónica habitual. Desde éxitos como conseguir un ERC en su primera edición hasta la frustración de la dificultad de la relación con las editoriales para publicar los resultados. Resultados relacionados con la regulación de proteínas por SUMO.

La proteostasis en plantas es un campo emergente y, junto con otros colegas que incluyen a Núria aquí presente, he participado en la creación de la comunidad internacional Plant Proteostasis que agrupa científicos con el objetivo común de entender cómo se regula la actividad proteica en plantas.

Otro de los aspectos fascinantes de la ciencia es el descubrimiento inesperado, muchas veces mucho más interesante que el que valida la hipótesis de partida, y la aplicación de resultados en campos enmarcados más allá de la propia área de conocimiento. Así es como tuve la suerte de desarrollar un proyecto que tenía por objetivo desarrollar inhibidores de la conjugación de SUMO con aplicaciones terapéuticas y que estaba basado en tecnología desarrollada en la investigación de la SUMOylación en plantas.

Este proyecto, más allá del interés de los resultados para la sociedad, me aportó una formación en transferencia de tecnología, incluyendo un curso de inmersión en la Haas Business School of Berkeley, que contribuyó a adquirir capacidades transversales y crecer como investigadora.

Es muy posible que todas estas experiencias previas me hayan conducido a esta etapa que justo acabo de empezar en la dirección del CRAG (Centro de Investigación en Agrigenómica- CSIC-IRTA-UAB-UB). En nuestro país, la dirección de centros es una responsabilidad ardua.

Por un lado, está la ilusión de contribuir a mejorar la investigación, de construir un entorno en el que las preguntas científicas que se aborden sean las más relevantes y no las que nos podemos permitir con los escasos recursos a nuestro alcance, como ocurre en muchos casos.

Por otro lado, los pocos medios disponibles de apoyo a la dirección, junto con el poco apoyo para mantener la línea de investigación, hacen que la inversión profesional y personal requiera de unos sacrificios muy superiores a los que nuestro sistema de investigación se merece. Desde aquí, también quiero reivindicar las labores de gestión y dirección tan poco reconocidas, a la vez que esenciales para que el sistema funcione.

Son muchos los que me han acompañado en el camino. Los primeros mis padres, apoyándome a pesar de su preocupación porque su hija estudiara Biología (¿qué futuro tiene?). Con la perspectiva, me atrevo a decir que parte de lo que he hecho es el resultado de que, en casa, mis padres nunca tuvieron expectativas diferentes de mí por el hecho de ser la única chica de tres hermanos. En el seno familiar, no es suficiente con hacer declaraciones de igualdad de vez en cuando, es necesaria una actitud vital que se expresa todos los días del año hasta en el lenguaje corporal.

Después, están los colegas y amigos de investigación, mentores, referentes femeninos: Mª Carmen Risueño, Montserrat Pagès, Dolors Ludevid, Pilar Testillano, entre las más cercanas.

«Parte de lo que he hecho es el resultado de que, en casa, mis padres nunca tuvieron expectativas diferentes de mí por el hecho de ser la única chica de tres hermanos»

Entre los colegas, quisiera hacer especial referencia a Manuel Rodríguez-Concepción con el que cruzamos caminos cuando yo acababa la tesis y él volvía de su aventura postdoctoral en Berkeley, y con el que he colaborado y compartido muchas horas de charlas sobre la vida y la vida científica. A estas también se ha sumado Jaime Martínez-García, enriqueciendo estos momentos con su visión. El camino es largo y ofrece muchas oportunidades de abordar otros campos de investigación, como la que tuve la oportunidad de experimentar de la mano de María Coca, que me acercó al mundo de los hongos patógenos de plantas.

También agradecer a las que me acompañan en el equipo dirección en este nuevo desafío como directora del CRAG: Salomé Prat, Soraya Pelaz y Amparo Monfort. Por último, imposible desarrollar líneas de investigación sin la contribución esencial de los miembros del equipo, a los que agradezco que hayan compartido la ilusión por la investigación que hacemos en el grupo.

Todas las etapas giran alrededor de la ciencia, aunque haciendo aportaciones desde distintos ángulos, todos igual de importantes.

Para finalizar, quería reconocer la importancia de estos premios para visibilizar la importancia de la investigación y de una sociedad basada en el conocimiento. Sociedad a la que debemos aspirar para poder hacer frente a los retos que tenemos por delante y que las nuevas generaciones puedan disfrutar de un mundo con tantas maravillas como el que tenemos la suerte de conocer y explorar.

Muchas gracias.

María Lois Científica Titular del CSIC en el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) y directora del CRAG

Dolores Eliche Quesada

Catedrática de la Universidad de Jaén, Departamento de Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales

Discurso de entrega

Presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), Consejo Rector, Excelentísima Rectora de la Universidad de Alicante (UA), Excelentísimo Rector Emérito de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, Vicerrector de Investigación de la UMH, autoridades, galardonados, socios, miembros de la comunidad científica y universitaria, amigas y amigos.

En primer lugar, quiero felicitar a todos los galardonados y agradecer a la AEC la oportunidad que me han dado de poder participar en este acto presentando a mi compañera y amiga Dolores Eliche para dar algunos detalles de su currículum y personalidad, que la hacen merecedora de este galardón.

Nació en Torredelcampo, núcleo urbano de apenas 14000 habitantes situado a 11 km de la ciudad de Jaén. Estudió Ingeniería Química en la Universidad de Granada y realizó su tesis doctoral en el campo de la catálisis en la Universidad de Málaga, obteniendo premio extraordinario de doctorado y el premio Doctor Esteban Pérez-Bryan Souvirón.

Su trayectoria posdoctoral se desarrolló entre las Universidades de Málaga, Bolonia y el Instituto de Catálisis de Madrid, hasta que, en 2006, se incorporó a la Universidad de Jaén, en la que actualmente es Catedrática del área de Ciencia de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica.

Su llegada a la Universidad de Jaén, supuso un gran impulso a la investigación en materiales, ya que esta área pasó de ser puramente docente, a conseguir numerosos proyectos autonómicos, nacionales e internacionales, convirtiéndose en un área puntera en investigación.

Es pionera en la investigación en economía circular y en la construcción sostenible, ya que sus intereses se centran en el desarrollo de nuevos materiales sostenibles a través de la valorización de residuos industriales y biomasa para el sector de la construcción. En estos campos, está destacando gracias a su dedicación, disciplina, persistencia y sobre todo su eficacia. Fruto de estas cualidades, afloran sus más de 100 publicaciones de alto impacto, numerosos capítulos de libro y comunicaciones nacionales e internacionales, además de patentes. Todas ellas, altamente citadas, lo que hacen que se encuentre en el ranking mundial del 2% de los científicos más citados en su área, según la Universidad de Stanford.

«Eliche es pionera en la investigación en economía circular y en la construcción sostenible, y se encuentra en el ranking mundial del 2% de los científicos más citados en su área, según la Universidad de Stanford»

No quiero pasar por alto cómo compagina sus retos científicos con su tarea docente en la Escuela Politécnica Superior de Jaén. Es una persona muy comprometida con el alumnado a través de la tutorización y de la innovación docente, incorporando nuevas metodologías en la docencia universitaria, conectando sus avances en investigación con la formación de nuestros futuros profesionales.

También, ha participado en proyectos de fomento de cultura emprendedora con estudiantes de ingeniería, obteniendo premios y distinciones en este ámbito.

Especialmente relevante, y muestra de su compromiso con la sociedad y la transferencia, es la Cátedra Universidad-Empresa Miguel Pérez Luque en Tecnologías Industriales Aplicadas a la Ingeniería Civil, de la que es directora, a través de la cual desarrolla iniciativas dirigidas a la promoción, desarrollo y ejecución de actividades investigadoras y formativas.

Pero, según los expertos, es la actitud y el carácter de las personas lo que las hacen extraordinarias. Pues en el caso de Loli doy fe de que esto es así, es generosa, positiva, optimista, alegre y espontánea, lo que, unido a su excelencia investigadora, hacen que sea motivadora en muchos ámbitos, pero sobre todo en el ámbito STEM (ScienceTechnologyEngineering, Mathematics), y especialmente en las ingenierías, en el que cada vez hay menos vocaciones femeninas.

«Loli es generosa, positiva, optimista, alegre y espontánea, lo que, unido a su excelencia investigadora, hacen que sea motivadora en muchos ámbitos, pero sobre todo en STEM»

Dicen que «nadie es profeta en su tierra», pero este, querida Loli, no es tu caso. Has sido reconocida como investigadora relevante en tu pueblo natal, en tu Universidad y hoy por la comunidad científica.

Enhorabuena, Loli, este es un galardón merecido que, con tu energía, dará más impulso, si cabe, a todos tus proyectos.

Muchas gracias.

María Dolores la Rubia García Profesora titular de la Universidad de Jaén, Departamento de Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales

Respuesta de la galardonada

Presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), Consejo Rector, autoridades, resto de galardonados, colegas, familia y amigos.

Me gustaría comenzar agradeciendo al presidente de la AEC y a todo el Consejo Rector que me hayan concedido esta Placa de Honor. Realmente, me siento muy halagada y honrada por obtener esta distinción. Aunque creo que hay otros investigadores que se la merecen más, o al menos tanto como yo, me siento muy orgullosa y es un gran honor recibir esta distinción por parte de colegas científicos.

Un reconocimiento como el que hoy recibo es una gran responsabilidad. Gracias, muchas gracias.

Quiero expresar también mi agradecimiento a la Doctora M. Dolores La Rubia, por su generosa presentación, fruto sin duda del cariño que me procesa de la gran amistad que nos une gracias a los proyectos y trabajos que compartimos en la Universidad de Jaén. Y, cómo no, hacer explícita mi felicitación al resto de premiados, importantes compañeros científicos en diferentes campos con los que comparto la pasión y el amor por la ciencia.

Aunque en lo profesional hoy estoy aquí por puro azar y suerte, considero que desde pequeña he tenido vocación científica. Parece que fue ayer cuando finalizados mis estudios de Ingeniería Química en la Universidad de Granada, solicité y obtuve, en la Universidad de Málaga, una beca predoctoral de Formación de Personal Investigador. Me gustaría agradecer al profesor Antonio Jiménez López la oportunidad que me dio de iniciarme en la actividad científica, una persona increíble tanto personal como profesionalmente.

En esta etapa predoctoral, tuve la oportunidad de descubrir y enfrentarme por primera vez al mundo de la investigación en torno a la síntesis y caracterización de catalizadores para la hidroconversión del petróleo. Mundo que me apasionó, en el que descubrí que quería desarrollar mi carrera profesional con objeto de aportar mi granito de arena al desarrollo de la sociedad. Durante esta etapa aprendí a hacerme preguntas y a intentar responderlas, aprendí a indagar.

Además, guardo excelentes recuerdos tanto de los compañeros que estábamos haciendo la Tesis Doctoral como de los profesores investigadores. A pesar de que seguimos caminos distintos, todavía mantenemos nuestra amistad y, actualmente, hemos conseguido generar sinergias y sigo trabajando con el profesor Enrique Rodríguez Castellón, al que estimo y al que tengo un gran cariño.

Fue en mi etapa postdoctoral, después de una breve estancia en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuando me incorporé en el área de Ciencia de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la Universidad de Jaén, donde hoy desarrollo mi actividad profesional. Entonces mi objetivo de investigación cambió y me adentré en el mundo de la valorización de residuos para la producción de materiales de construcción sostenibles.

«En mi etapa predoctoral, descubrí que quería aportar mi granito de arena al desarrollo de la sociedad y aprendí a hacerme preguntas y a intentar responderlas. Aprendí a indagar»

La sociedad tiene que afrontar grandes retos debido al sistema económico actual que conlleva a un uso intensivo de recursos naturales y crea una elevada presión sobre el medio ambiente que está detrás de las manifestaciones más graves de la crisis ambiental que atravesamos, incluido el cambio climático.

Por tanto, debemos acercarnos a la economía circular, cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y se reduzca al mínimo la generación de residuos. En este sentido, creo que los científicos tenemos una misión importante, tenemos que proveer del conocimiento suficiente para poder facilitar la compresión de este problema global y contribuir a abordar estos desafíos.

Esta visión, tanto a nivel personal como profesional, ha sido la que me ha llevado a la investigación de la valorización de residuos en la fabricación de distintos materiales de construcción. Por lo tanto, desde un punto de vista técnico, ambiental y económico, siempre he creído que trabajar en la recuperación de los residuos puede suponer menores impactos sobre el medio ambiente, así como abrir nuevos mercados y puestos de trabajo y fomentar una menor dependencia de las importaciones de materias primas, lo que puede contribuir al progreso de la sociedad y al desarrollo sostenible de su entorno.

En los últimos años, he tenido la suerte de contar con la financiación necesaria para trabajar en el desarrollo de nuevas conglomerantes de activación alcalina con huella de carbono casi nula para detener parcialmente el impacto ambiental que supone la fabricación de cemento Portland, que puede ser disminuido mediante el uso de residuos o subproductos en su formulación, evitando su vertido incontrolado, y por la reducción del consumo de energía al realizarse la síntesis a temperaturas cercanas a la ambiente. Este es ahora mi reto: que mi trabajo ayude a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera para proteger el planeta y asegurar la prosperidad de las futuras generaciones, de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible.

«Desde un punto de vista técnico, ambiental y económico, siempre he creído que trabajar en la recuperación de los residuos puede suponer menores impactos sobre el medio ambiente, así como abrir nuevos mercados y puestos de trabajo»

En mi trabajo diario, pretendo hacer míos los tres objetivos fundamentales de las Universidades, que son: la formación integral, la investigación científica y técnica -por la que hoy estoy aquí- y la transferencia del conocimiento. Como docente intento dar una formación integral a mis estudiantes que los haga profesionales cualificados. Con mis trabajos de investigación pretendo buscar soluciones que estén al servicio de la sociedad con el objetivo de conseguir su desarrollo socioeconómico y la mejora de su bienestar. Este trabajo, como docente e investigadora, me ha dado la libertad de hacer lo que me gusta, de trabajar con vocación y pasión.

El trabajo científico nos permite abordar retos, problemas, realizar descubrimientos y llegar a conclusiones tras un gran esfuerzo, nos lleva a una recompensa que muchas veces se diluye por la aparición de nuevos retos o, en muchas ocasiones, por la falta de implicación empresarial.

Aunque todos somos conscientes de las dificultades por las que atraviesa la investigación científica en nuestro país, me gustaría reivindicar que sólo apostando por la ciencia, la tecnología y la innovación nuestra sociedad va a llegar a un desarrollo más equitativo y sostenible. La Ciencia es el motor de la Sociedad y tenemos que apostar por nuestros científicos, personas con talento que, con pocos recursos y, en muchos casos, los más jóvenes con condiciones laborales precarias, son capaces de obtener buenos resultados y, en la mayor parte de las ocasiones, tienen que vencer grandes obstáculos hasta llegar a la meta, lo que en muchas ocasiones los aboca a salir al extranjero, y buena parte de ese talento no tiene retorno.

Otra característica destacable del quehacer científico es el trabajo en equipo. Desde aquí quiero hacer extensivo este reconocimiento a las personas que me han acompañado y, especialmente, a las que actualmente me acompañan, como Eulogio Castro, Luis Pérez, Salvador Bueno y Pedro J. Sánchez-Soto, así como también a los estudiantes de doctorado que han pasado y a los que actualmente están realizando su tesis doctoral en nuestro laboratorio: este reconocimiento también es vuestro.

Sin vosotros, muchos de estos logros no se hubiesen materializado, así que gracias por formar parte de este equipo de trabajo, gracias por haberme ayudado a llegar más lejos en las cuestiones científicas que nos hemos planteado, por compartir objetivos comunes, complementar mis carencias, apoyarme y acompañarme con ilusión, esfuerzo y dedicación en el desarrollo de los proyectos. También me gustaría agradecer al personal de administración y servicios por su inestimable ayuda en todas las labores administrativas.

«Sólo apostando por la ciencia, la tecnología y la innovación nuestra sociedad va a llegar a un desarrollo más equitativo y sostenible. La ciencia es el motor de la sociedad»

En lo personal, también quiero expresar mi agradecimiento a mi familia, por su apoyo y comprensión. No habría sido fácil compaginar mi vida personal y profesional sin el apoyo incondicional de mi marido, el mejor compañero de vida, que ha sabido entender mi amor y dedicación a la ciencia. Me gustaría pedir perdón a mis hijas por el tiempo robado, por las tardes que me han pedido ir al parque o que juegue con ellas y no lo he hecho, espero que cuando crezcan me entiendan. Muchas veces pienso que debo y debería dedicar más tiempo a mi pequeña gran familia.

No puedo dejar de hacer un agradecimiento especial a mis padres, mis referentes, personas luchadoras que me educaron en la cultura del esfuerzo, a valorar las acciones y saber lo que cuesta conseguir lo que te propongas. Sin su apoyo y esfuerzo hoy no estaría aquí. Mamá, allí donde estés, espero que estés disfrutando de este momento tanto como yo.

Gracias a mis hermanos, cuñada y sobrinos por su apoyo incondicional. Gracias a mi suegra, que me acogió como una hija, y que nos ha ayudado y apoyado cuidando de mis hijas cuando hemos tenido que viajar. Gracias a mis amigos que están ahí tanto en los buenos como en los no tan buenos momentos. Gracias.

Por último, también agradecer a la institución en la que desarrollo mi actividad profesional. Me siento muy honrada y orgullosa de pertenecer a la Universidad de Jaén, una universidad joven que cuenta con excelentes grupos de investigación y con un gran personal entusiasta, que es referente internacional en muchos campos como lo demuestran sus buenos resultados científicos.

Muchas gracias.

Dolores Eliche Quesada

Catedrática de la Universidad de Jaén, Departamento de Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales

Revista Químicos del Sur

Otilio Fernández Romero – Decano del Ilustre Colegio Oficial de Químicos del Sur

Discurso de entrega

Ilustrísimo Sr. Presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC): es un verdadero honor recibir la Placa de Honor de su organización en nombre de la Revista Químicos del Sur.

Permítanme, antes que nada, tener un sentido recuerdo a los Sres. D.  José Luis Mudarra Gómez y D. Fernando Romero Guzmán, primeros Directores de la Revista Químicos del Sur, en cuyo nombre, sin duda, quisiera agradecer al Consejo Rector de la AEC y, especialmente, a su presidente el Prof. Manuel Miguel Jordán Vidal, la propuesta y el reconocimiento que hoy se le hace a nuestra revista. Les transmito igualmente el agradecimiento de las Juntas del Ilustre Colegio Oficial de Químicos del Sur, de la Asociación de Químicos de Andalucía y, por supuesto, del mío propio.

Hace casi 40 años, ambas Juntas Directivas tuvieron el atrevimiento de editar una revista que además de servir de vehículo de comunicación entre los químicos andaluces, tuviese un contenido eminentemente científico. En los últimos años, de la mano del último Director, D. Alberto Plaza Delgado, se ha convertido en un anuario, firmemente asentado entre nuestra comunidad, tanto científica como social. Aunque la cabecera pertenece a las entidades mencionadas, la realidad es que la gestión y los méritos deben ser absolutamente atribuidos a los tres Directores que en su historia ha tenido.

No quisiera desaprovechar esta ocasión para hacer una reflexión sobre el trabajo que los químicos, en particular, y el resto de los científicos, en general, desarrollan en nuestra sociedad.

«La Revista Químicos del Sur es un vehículo de comunicación entre los químicos andaluces con un contenido eminentemente científico»

Para ello, reivindico el empleo de una frase que se debería repetir hasta hacerla común en todas nuestras intervenciones públicas: LA CIENCIA ES LA SOLUCIÓN. En estos momentos, está muy cercano a la población en general el valor de la actividad científica para dar soluciones factibles a las diversas problemáticas que afectan a la sociedad, y que, sin nombrarlo, seguro que todos tenemos en mente. Y, sin embargo… ¿están nuestros científicos igualmente valorados en su trabajo? Desgraciadamente me temo que, salvo excepciones, la respuesta es no.

Es, por tanto, imprescindible que se diga una y otra vez que necesitamos que nuestros proyectos de investigación tengan un apoyo económico del mismo orden que el resto de los países de nuestro entorno. Que los salarios de los investigadores sean comparables con sus compañeros equivalentes en las empresas privadas, y, en este caso, me temo que ni siquiera hay que salir de España para encontrar diferencias significativas.

Esto tenemos, tenéis, que decirlo en cuantas intervenciones públicas, publicaciones divulgativas, entrevistas o actos en los que tengamos la oportunidad de tomar la palabra. Y os invito a ello. Y a convertir la frase LA CIENCIA ES LA SOLUCIÓN en algo que digamos, leamos o escuchemos permanentemente. O de otra manera, al uso de ese lenguaje actual de las redes sociales, que hagamos de la frase LA CIENCIA ES LA SOLUCIÓN, un trending topic.

«Debemos convertir la frase LA CIENCIA ES LA SOLUCIÓN en trending topic»

Volviendo a la Revista Químicos del Sur, agradecer de nuevo el reconocimiento que nos habéis hecho, insistiendo que el mérito es de las personas que la han dirigido durante estos años.

Otilio Fernández Romero Decano del Ilustre Colegio Oficial de Químicos del Sur

Respuesta del galardonado

Señor Presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), Secretario y Consejo Rector, autoridades académicas de Universidades y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Señor Decano del Ilustre Colegio Oficial de Químicos del Sur, señoras y señores.

Quiero agradecer a esta Asociación la concesión de Placa de Honor a la Revista Químicos del Sur, órgano del Ilustre Colegio Oficial de Químicos del Sur, galardonada en la categoría de difusión y divulgación de la ciencia, por sus contribuciones a la difusión de la ciencia, la tecnología y la innovación, siendo un referente de comunicación científica rigurosa y accesible a toda la sociedad.

Como director de la Revista Químicos del Sur, aunando que soy químico e ingeniero industrial, al tomar en 2007 la dirección de la misma, me propuse hacer una revista no para químicos, pues en el mercado hay muchas y muy valiosas, en casi todos los idiomas y especializadas en temas científicos, sino una revista de químicos para la sociedad.

Siendo la revista portavoz de un Colegio Oficial, no podía dirigirse en exclusiva a sus colegiados, pues la recepción de la misma llegaba al domicilio familiar, a la empresa, a departamentos universitarios, centros docentes; lugares donde, una vez leída por el interesado, quedaba a disposición de otras personas. Por tanto, había que aprovechar esta oportunidad y hacer una revista que pudiera ser leída a partir de una cultura media.

Todo ello con una condición, no negociable, que mantendría un todo científico y que, en cualquier artículo de la misma, todos sus datos serían comprobados y ciertos. Desde ese momento, la revista abarcaba desde trabajos de tesis de los colegiados hasta divulgación científica de carácter popular.

A lo largo de todo este periodo desde 2007 hasta el momento actual la publicación se ha consolidado y profesionalizado, adaptándose igualmente a las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones. Debido a ello, al final de la primera década se decidió realizar una edición electrónica.

«Me propuse hacer una revista no exclusiva para los colegiados, sino una revista de químicos para la sociedad, abarcando desde trabajos de tesis hasta divulgación científica de carácter popular»

Se ha renovado su diseño, más vanguardista, y se han implementado nuevas tecnologías en su edición electrónica, de tal forma que puede consultarse información adicional alojada telemáticamente, según decida el lector, haciendo una versión electrónica más enriquecida.

La Revista Químicos del Sur en estos últimos años ha pasado a un volumen de anuario, sobrepasando con largueza el centenar de páginas, a papel cuché, en tricotomía, y con una gran profusión de gráficas e imágenes.

Por último, este año se han cumplido 80 años del paso por Sevilla del poeta de la tierra y la sangre, Miguel Hernández, camino del exilio y de la muerte, cuyo nombre lleva la Universidad que este año, en su 25 aniversario, ha acogido la entrega de las distintas Placas de Honor de la AEC. He recordado una hermosa y siniestra historia que relaciona a Hernández con Sevilla, con los jardines de los Reales Alcázares, donde una vez fue jardinero de sombras.

Son los últimos días de la Guerra Civil y Miguel Hernández huye por la España de Franco. Él, que se vació de esperanza en el frente, no ha huido al exilio como buena parte de sus compañeros de letras. Alberti y María Teresa León, con quienes había mantenido una agria disputa durante el conflicto, ni siquiera le dicen que al día siguiente tienen un coche en la puerta que los llevará a Francia. El poeta cabrero nunca encajó en las soirées de aquellos niños exquisitos de la vanguardia. Hernández no va a Francia ni viaja en los barcos del exilio que lo hubieran puesto a salvo en México. Se va al Sur buscando su salvación camino de Portugal. Huye en busca de sus amigos sevillanos: Eduardo Llosent, Joaquín Romero Murube y Jorge Guillén, que entonces está como catedrático de Literatura en la ciudad.

A todos los conocía de los tiempos felices de la revista Mediodía, cuando se reunían en las famosas cenas superrealistas del Café Nacional y el Salón Dorée entregados a la celebración de la vida y la literatura. Miguel Hernández llega desesperado a Sevilla y busca a Romero Murube en el Alcázar donde su amigo es alcaide del monumento. Y es entonces cuando comienza la historia. Romero Murube decide ocultarlo.

Justo esos días, Franco llega a Sevilla y visita los Alcázares. Romero Murube «coloca» al poeta de jardinero y con casi toda seguridad coincidieron ambos por los jardines, uno regando y el otro admirando los jardines.

Es curioso imaginar aquellos días sevillanos de Miguel Hernández, paseando su tragedia por el Jardín del Laberinto o sentándose a ver caer la tarde en el Cenador de la Alcoba. Aquí se convierte en jardinero de sombras.

«Me propuse hacer una revista no exclusiva para los colegiados, sino una revista de químicos para la sociedad, abarcando desde trabajos de tesis hasta divulgación científica de carácter popular»

Se ha renovado su diseño, más vanguardista, y se han implementado nuevas tecnologías en su edición electrónica, de tal forma que puede consultarse información adicional alojada telemáticamente, según decida el lector, haciendo una versión electrónica más enriquecida.

La Revista Químicos del Sur en estos últimos años ha pasado a un volumen de anuario, sobrepasando con largueza el centenar de páginas, a papel cuché, en tricotomía, y con una gran profusión de gráficas e imágenes.

Por último, este año se han cumplido 80 años del paso por Sevilla del poeta de la tierra y la sangre, Miguel Hernández, camino del exilio y de la muerte, cuyo nombre lleva la Universidad que este año, en su 25 aniversario, ha acogido la entrega de las distintas Placas de Honor de la AEC. He recordado una hermosa y siniestra historia que relaciona a Hernández con Sevilla, con los jardines de los Reales Alcázares, donde una vez fue jardinero de sombras.

Son los últimos días de la Guerra Civil y Miguel Hernández huye por la España de Franco. Él, que se vació de esperanza en el frente, no ha huido al exilio como buena parte de sus compañeros de letras. Alberti y María Teresa León, con quienes había mantenido una agria disputa durante el conflicto, ni siquiera le dicen que al día siguiente tienen un coche en la puerta que los llevará a Francia. El poeta cabrero nunca encajó en las soirées de aquellos niños exquisitos de la vanguardia. Hernández no va a Francia ni viaja en los barcos del exilio que lo hubieran puesto a salvo en México. Se va al Sur buscando su salvación camino de Portugal. Huye en busca de sus amigos sevillanos: Eduardo Llosent, Joaquín Romero Murube y Jorge Guillén, que entonces está como catedrático de Literatura en la ciudad.

A todos los conocía de los tiempos felices de la revista Mediodía, cuando se reunían en las famosas cenas superrealistas del Café Nacional y el Salón Dorée entregados a la celebración de la vida y la literatura. Miguel Hernández llega desesperado a Sevilla y busca a Romero Murube en el Alcázar donde su amigo es alcaide del monumento. Y es entonces cuando comienza la historia. Romero Murube decide ocultarlo.

Justo esos días, Franco llega a Sevilla y visita los Alcázares. Romero Murube «coloca» al poeta de jardinero y con casi toda seguridad coincidieron ambos por los jardines, uno regando y el otro admirando los jardines.

Es curioso imaginar aquellos días sevillanos de Miguel Hernández, paseando su tragedia por el Jardín del Laberinto o sentándose a ver caer la tarde en el Cenador de la Alcoba. Aquí se convierte en jardinero de sombras.

«Este año se han cumplido 80 años del paso por Sevilla del poeta ilicitano Miguel Hernández. Y hoy la Revista Químicos del Sur viene a Elche»

Hoy le devuelvo el favor. Él hace ochenta años vino a Sevilla a convertirse en jardinero de sombras. Yo voy a recoger el reconocimiento de la AEC porque aquella revista que soñé hace más de quince años ha alcanzado su objetivo, como lo autentifica la Placa de Honor concedida.

Miguel Hernández, en los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla, y hoy la Revista Químicos del Sur entre las palmeras de Elche. Uno jardinero de sombras, la otra jardinera de sueños.

Alberto Plaza Delgado Director de la Revista Químicos del Sur

Fundación Cellbitec

Francisco J. Bermúdez Pérez – Presidente Fundación Cellbitec

Discurso de entrega

Excelentísimas autoridades, estimados colegas y amigos, tengo el placer de presentar a la segunda galardonada en la categoría de entidades y empresas, la Fundación Cellbitec.

La Fundación Cellbitec nace en 2017 a partir del grupo empresarial de biotecnología Beyond Seeds, más allá de las semillas, entidad con sede en el Parque Tecnológico de Almería, que engloba hoy en día seis empresas biotecnológicas en los ámbitos de biofarma y nutrición, agrobiotecnología y mejora vegetal, ingeniería de software, nanotecnología, ingeniería agronómica y microbiología aplicada.

 

Fundada por Francisco Bermúdez, Cellbitec ha tenido un extraordinario crecimiento a pesar de su juventud, yo diría que en buena parte debido a su profunda vocación innovadora e investigadora, como demuestran algunos datos que comentaré sólo como ejemplo: en los últimos 3 años, han participado en 11 publicaciones científicas de impacto y presentado 4 patentes, han liderado varios proyectos Retos-Colaboración con instituciones públicas y participado en otros tantos proyectos de investigación financiados por agencias nacionales y autonómicas. También, este mismo año les han concedido un proyecto de innovación de un grupo operativo supra autonómico, Fitonet, para implementar un software propio de gestión de ensayos y germoplasma vegetal denominado NOAH, desarrollado por una de sus empresas, y que será implantado en varios centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la plataforma interdisciplinar AgroFor.

Cellbitec nace con el objetivo de desarrollar investigaciones en el ámbito de la biología vegetal, siendo una de sus primeras líneas de trabajo la obtención de compuestos fitoquímicos con alto poder antioxidante y capacidad anticancerígena, una línea que desarrollará en colaboración con el Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Granada y, más tarde, con el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), con los que sigue colaborando activamente.

Fruto de esta línea de trabajo ha sido la identificación de varios compuestos, ya patentados, procedentes de extractos vegetales, para su uso como biofármacos, los cuales han demostrado actividad en enfermedades oncológicas raras o neurodegenerativas; otros compuestos identificados tienen uso en el campo de la nutracéutica y la cosmética. Algunos de estos fitoquímicos, además, se han conseguido asociar recientemente a nanopartículas para su transporte y liberación controlada como nanofármacos con actividad anticancerígena en modelos animales.

«Cellbitec nace con el objetivo de desarrollar investigaciones en el ámbito de la biología vegetal, siendo una de sus primeras líneas de trabajo la obtención de compuestos fitoquímicos con alto poder antioxidante y capacidad anticancerígena»

Otro de los pilares en los que se apoya la Fundación Cellbitec es la empresa Seeds for Innovation (S4i), empresa agrobiotecnológica que desarrolla proyectos y herramientas biotecnológicas para la mejora de cultivos agrícolas, mediante innovaciones tecnológicas en cultivo in vitro, genotipado y fenotipado masivos, fitopatología y bioinformática.

S4i colabora con diversas instituciones de investigación como el COMAV (Instituto para la Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana), la Universidad de Córdoba, la Universidad de Almería y varios centros del CSIC, como el Centro Nacional de Biotecnología, la Misión Biológica de Galicia o el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas.

S4i aborda un problema central de la agricultura hoy en día, la mejora y adaptación de los cultivos frente al cambio climático. Para ello, desarrolla innovaciones en cultivos hortofrutícolas como el tomate o el pepino, seleccionando genotipos con características de interés los cuales micropropaga mediante cultivo in vitro, variedades, por ejemplo, con características para crecimiento en cultivo vertical, un sistema que reduce el consumo de agua y el impacto ambiental del cultivo.

Con otras especies de interés agrícola desarrolla protocolos para obtención de doble-haploides, acelerando los programas de mejora y la obtención de variedades mejor adaptadas, por ejemplo, a las nuevas condiciones de estrés ambiental, de altas temperaturas o sequía, que está imponiendo el cambio climático. Toda esta actividad está sustentada en el entusiasmo y espíritu emprendedor, del que doy fe personalmente, de un joven equipo al frente del cual está Edgar Garcia Fortea.

«Uno de los pilares en los que se apoya la Fundación Cellbitec es la empresa Seeds for Innovation (S4i), empresa agrobiotecnológica que desarrolla proyectos y herramientas biotecnológicas para la mejora de cultivos agrícolas»

Por su compromiso con la innovación y la investigación, su apuesta por la colaboración público-privada y su misión enfocada a aportar soluciones innovadoras a algunos de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad actual, se otorga la Placa de Honor de la Asociación Española de Científicos (AEC)a la Fundación Cellbitec, galardón que recoge su presidente Francisco Bermúdez.

Pilar Sanchez-Testillano Científica Titular del CSIC en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas y vocal de la AEC

Respuesta del galardonado

Buenas noches a todos; para mí es una enorme satisfacción recoger hoy este reconocimiento por parte de la Asociación Española de Científicos, en nombre de todo el equipo de la Fundación Cellbitec y su grupo biotecnológico Beyond Seeds.

Para nosotros este reconocimiento pone en valor la «semilla» que plantamos hace cinco años y que refleja el fruto de nuestro trabajo. A todo el equipo, muchas gracias por vuestra pasión, vuestro esfuerzo y vuestra labor diaria.

Hoy estamos aquí frente a un público que cuenta con la responsabilidad científica de trasladar a la sociedad las alertas de una Tierra cambiante, inmersa en un futuro incierto y peligroso para nuestra Humanidad. En este contexto de incertidumbre, desde Beyond Seeds proponemos aportar un pequeño grano de arena, dentro de nuestro compromiso con la Biodiversidad, como fuente donde encontrar un «amortiguador» biológico contra el Cambio Climático que está abordando nuestra vida diaria.

Nuestra Humanidad, hace 10.000 años, empezó a crear un lenguaje para comunicarnos, primero de signos, luego oral y finalmente escrito. En todo ese proceso, creamos la palabra «grano» para la parte de las plantas que empezamos a consumir. Con el devenir de los tiempos y con el simple ejercicio de sembrar el grano en la Tierra, convertimos el grano en semilla, siendo la base tecnológica de nuestra agricultura actual.

Por lo tanto, la semilla cambió poco a poco nuestro modus vivendi, pasamos de ser un homo-superviviente a un homo-prosperator. Y así quedó reflejado, siendo deificada la semilla en nuestras antiguas civilizaciones, a un mismo tiempo, en diferentes partes de nuestro planeta, como fue: el maíz, en América Central, el trigo, en Oriente Próximo, y el arroz, en Asia.

Ejemplos de esta deificación se pueden ver en multitud de escritos en los libros sagrados de distintas creencias y religiones: los mayas consideraban que el Hombre estaba hecho de semillas, así está escrito en el libro de Popol Vuh, donde se habla de la creación y de que el Hombre está hecho de maíz. El maíz era todo, el maíz era la fuente de la vida para el maya.

Y 10.000 años después: «El clima del mundo cambia en tan solo 1 siglo y utilizamos las mismas semillas domesticadas de hace 50. En ese mismo siglo, hemos pasado de 2.500 millones de personas a 7.000 millones, hemos crecido a un ritmo vertiginoso, que hace insostenible el futuro de nuestra humanidad. En los próximos 50 años, seremos 9.000 millones con un crecimiento exponencial, y en 100 años las previsiones son de 10.000 millones de personas, con lo que el crecimiento se ralentizará considerablemente. Por lo tanto, la pregunta que nos debemos de hacer es: ¿colapsamos?

Durante los próximos 50 años, la temperatura subirá 5ºC. De repente, nos encontraremos con incrementos en el déficit hídrico, seguidos de problemas con la salinidad en nuestros suelos y, por lo tanto, menos superficie útil para nuestros cultivos.

«Proponemos aportar un pequeño grano de arena, dentro de nuestro compromiso con la Biodiversidad, como fuente donde encontrar un amortiguador biológico contra el Cambio Climático que está abordando nuestra vida diaria»

Y en este escenario, ¿qué podemos hacer? Debemos girar nuestras miradas al origen.

Y ¿por qué volver la mirada hacia atrás? Después de estos 10.000 años de «domesticación» de nuestra Tierra, prácticamente hemos limitado nuestra alimentación a tan solo a unas pocas especies vegetales y, sin embargo, tenemos identificadas más de 250.000.

A lo largo de nuestra reciente historia hemos cultivado 7.000 especies, sólo ciento cincuenta de estas especies se cultivan comercialmente, ¡y treinta! dan de comer al mundo, sólo doce suponen el 75% de los alimentos que consumimos, y sólo cuatro suponen el 50%.

A pesar de toda la riqueza que tenemos a nuestra disposición, la Humanidad ha empobrecido la diversidad de su alimentación, sin tener conciencia de lo que eso suponía para su futuro. Hemos dejado atrás el potencial de muchas especies silvestres adaptadas a ambientes hostiles, origen de nuestras especies domésticas.

Y, aunque es cierto que hemos sido «reactivos» ante la aparición de problemas, como han podido ser nuevas plagas y enfermedades en plantas, en estos casos, hemos acudido a las especies silvestres para encontrar la solución.

«A pesar de toda la riqueza que tenemos a nuestra disposición, la Humanidad ha empobrecido la diversidad de su alimentación, sin tener conciencia, de lo que eso suponía para su futuro»

En la Fundación Cellbitec, consideramos que esta forma de actuar no es suficiente ante un futuro tan incierto. En este escenario de cambio frenético, no podemos mantenernos reactivos. Tenemos que desarrollar políticas de mejora genética preventivas ante las amenazas climáticas que inciden sobre las especies domesticadas.

Sabemos que trabajar con especies silvestres no es fácil. Por eso, debemos facilitar y promover políticas de fitomejoramiento encaminadas a afrontar el Cambio Climático. Debemos dar continuidad a todos los conocimientos científicos adquiridos por las Universidades y Centros Públicos de I+D, mediante su transferencia al sector privado.

Creemos, desde nuestra Fundación y grupo de empresas biotecnológicas, que los consorcios de investigación publico-privados son la única forma de prevenir escenarios catastróficos que todavía estén por llegar, empleando la ciencia y tecnología como principal herramienta.

Por esto, agradecemos de nuevo a la Asociación Española de Científicos (AEC) este reconocimiento del que nos sentimos muy orgullosos y que representa la transferencia, el trabajo en equipo y la multidisciplinariedad entre la ciencia pública y la privada.

Buenas noches.

Francisco J. Bermúdez Pérez Presidente Fundación Cellbitec

Discursos

Discurso de entrega

Discurso de entrega

«Hoy es un día histórico para la AEC, por cumplir 50 años y porque, por primera vez en su historia, celebra su acto institucional de mayor relevancia social fuera de la villa y corte de Madrid. Concretamente, en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche».

«La Ciencia en España consigue buenos resultados, en términos de cantidad y calidad, pese a la corta inversión que se dedica a la innovación y el desarrollo en comparación con el resto de países desarrollados».

Excelentísimo Sr. Vicerrector de Investigación  de la Universidad Miguel Henrández (UMH) de Elche, querido Domingo, Sr. Vicepresidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), querido Enrique, Sra. Vicepresidenta de la AEC, estimada Maricarmen, Sr. Secretario General de la AEC, estimado Enrique, Excelentísima Sra. Rectora Magnífica de la Universidad de Alicante (UA), querida Amparo, Excelentísimo Sr. Rector Magnífico emérito de la UMH, querido Jesús, Excelentísimo Sr. Vicerrector de Investigación de la UA, estimado Juan, Sra. Vicepresidenta de transferencia del CSIC, querida Ana, Sr. Vicerrector Adjunto de investigación de la UMH, querido Xavi, Sr. Director del Secretariado de Transferencia de la UA, querido José Luís, Sr. Presidente entrante de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, estimado Antonio, Sr. Presidente de la Sociedad Española de Ciencias del Suelo, querido Jorge, vicedecano de la Facultad de Ciencias Experimentales, querido Ernesto, directores de Departamento e Institutos de Investigación, directores y coordinadores de Área, miembros del Consejo Rector de la Asociación Española de Científicos (AEC), otras autoridades científicas y académicas, premiados por la AEC en ediciones anteriores aquí presentes (estimados Jesús Pastor, Juana Gallar, Antonio Ferrer, José Luís Todolí, Margarita del Val y José Ángel Pérez Álvarez), galardonadas y galardonados en esta edición de 2022, presentadores y acompañantes, socios, estudiantes, compañeros y amigos.

Un año más nos reunimos para entregar las Placas de Honor de la AEC. Hace más de 20 años –la de hoy es la 24ª edición–, los entonces miembros del Consejo Rector de la AEC instituyeron este galardón para poner de manifiesto la excelencia, el esfuerzo y el talento dedicado en España a la generación de conocimiento, a la difusión del mismo y a su aplicación en beneficio de la sociedad.

Nuestra asociación fundada en 1971 fue inscrita en el registro de asociaciones del Ministerio del interior en 1972, cumpliendo en 2022 sus primeros 50 años. Desde su fundación se recoge en sus estatutos el impulso a la transferencia, la colaboración público-privada, la divulgación, la ética e integridad en la investigación o la componente humanística de la Ciencia, como actividades esenciales para la justa valoración de los científicos por la Sociedad.

Hoy es un día histórico para la AEC, por cumplir 50 años y porque, por primera vez en su historia, celebra su acto institucional de mayor relevancia social fuera de la villa y corte de Madrid. Y concretamente, en la Universidad Miguel Hernández de Elche, coincidiendo con los actos de conmemoración de su 25 aniversario desde la creación de nuestra Universidad.

Mi más sincero agradecimiento al Rector de la UMH, Juan José Ruíz, al vicerrector de Investigación Domingo Orozco, a todo el Consejo de Dirección, y al director del Departamento de Agroquímica y Medio Ambiente, Ignacio Gómez, por acoger la sede social de la AEC en las instalaciones de la UMH y por su gran entusiasmo y apoyo a la celebración de la gala de la ciencia de la AEC 2022 en estas magníficas instalaciones, el salón de actos del edificio Rectorado y Consejo Social.

También quiero reconocer la labor de Cristina Todolí, secretaria de cargo del vicerrectorado de investigación, por cuidar con tanto esmero todos los detalles, gracias Cristina por tu cariño, profesionalidad y generosidad.

He estructurado el discurso intentando que sea ágil y ameno en tres ejes fundamentales. El primero de ellos lo dedico a la celebración del 25 aniversario de la Universidad que nos acoge, la UMH; en segundo lugar, realizaré un breve diagnóstico de la situación actual de la Ciencia en España; y, por último, felicitaré a las tres científicas y al científico galardonados con la Placa de Honor de la AEC 2022, así como a las otras dos entidades premiadas justificando brevemente sus destacados méritos.

La Generalitat Valenciana creó esta Universidad mediante la Ley de Creación de la Universidad Miguel Hernández aprobada el 27 de diciembre de 1996. Nuestra Universidad recibió el nombre del poeta y dramaturgo oriolano Miguel Hernández. La UMH, desde su creación, es una universidad intensamente investigadora.

Las investigaciones de la UMH destacan, entre otras, en la neurociencia, biotecnología, ciencias de la salud, estadística e investigación operativa, ingeniería, tecnologías de la información y las comunicaciones, tecnologías industriales y materiales, medio ambiente y sostenibilidad, agricultura y tecnología de alimentos. La UMH cuenta en la actualidad con 26 grados, 2 dobles grado, 48 másteres universitarios y 13 programas de doctorado. En estos 25 años de andadura, la Universidad se ha consolidado como una de las mejores de España en docencia e investigación.

Podría comentar su posicionamiento en diferentes rankings nacionales e internacionales o datos relevantes extraídos de destacados informes de impacto socio-económico, pero no lo voy a hacer, pues creo que la UMH es mucho más que una universidad de prestigio.

Nuestra universidad es un «modelo de utilidad» que si no se hubiese creado hace 25 años habría, sin duda, que hacerlo hoy. La Ley 11/1986, de 20 de marzo define modelo de utilidad como instrumento o herramienta protegible que se caracteriza por su utilidad y practicidad. Durante estos años, la UMH ha vertebrado la provincia de Alicante de norte a sur con sus cuatro campus en Altea, San Juan, Elche y Orihuela, ha formado y graduado a miles de jóvenes, ha contribuido a mejorar la competitividad del tejido empresarial de la provincia, ha creado empresas desde su Parque Científico de base tecnológica y start-ups que dan empleo digno y cualificado, abriendo oportunidades de empleabilidad a científicos y doctores.

Durante mi trayectoria profesional he trabajado en varias Universidades y centros de investigación y puedo afirmar que la UMH no es una Universidad al uso. Como nuestro poeta Miguel Hernández, que creía «en la bondad humana» y sentía esperanza «por un futuro sobre el que se cernían nubarrones muy espesos», la UMH es una Universidad que cree en la libertad y su autonomía por encima de todo y no se resigna a que las diferentes administraciones que toman responsabilidades en nuestro ámbito no adopten medidas para tratar de salvar los obstáculos con los que convivimos, y que responden a la falta de medios materiales y recursos humanos, pero también a las condiciones asfixiantes en las que instituciones y científicos debemos desarrollar nuestro trabajo cotidiano. Con todo ello, es posible que la complejidad y burocracia con la que convivimos actualmente no tenga ningún precedente histórico.

Durante los últimos años ha sido intensa la colaboración de la AEC con la UMH. No podría en este discurso enumerar todas las actividades, pero sí me gustaría destacar dos cursos de verano muy exitosos que han contado con la colaboración y patrocinio de la AEC, uno de ellos realizado en el Instituto de Biología Molecular y Celular, dirigido por Antonio Ferrer y Enrique de la Rosa (nuestro anterior presidente), y otro realizado en junio de este año en la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO-UMH), dirigido por José Ángel Pérez Álvarez y Pilar Sánchez Testillano (vocal de nuestro Consejo Rector). Gracias por vuestra entrega y dedicación.

Querida UMH, querida comunidad universitaria, feliz 25 cumpleaños, querida AEC, feliz 50 cumpleaños, y a seguir trabajando dando lo mejor de cada uno de nosotras y nosotros, entusiastas, entrañablemente entregados y unidos, con corazón enorme y generoso pues nada debe preocuparnos porque todo lo científico y humano nos compete y nada puede espantarnos.

Para iniciar una reflexión sobre el segundo eje de este discurso, les debo indicar que, a finales de enero de 2022, el periodista de RTVE Daniel Flores me realizó una amable entrevista que incorporó a su reportaje televisivo titulado Radiografía de la Ciencia en España. Podemos resumir dicho reportaje, muy bien elaborado y con abundantes gráficos y estadísticas disponibles en la web de la AEC, que la Ciencia en España consigue buenos resultados, en términos de cantidad y calidad, pese a la corta inversión que se dedica a la innovación y el desarrollo en comparación con el resto de países desarrollados.

La producción científica en España es sorprendente por la cantidad de trabajos publicados y cada vez en mejores revistas. Por ejemplo, con tres veces menos gasto en I+D que Corea del Sur, una de las grandes potencias innovadoras del planeta y con una población similar a la española, los científicos que trabajamos en España logramos publicar más y con un impacto mayor que los surcoreanos, si bien estamos muy lejos de ellos en la transferencia de ese conocimiento, medida con la generación de patentes. El número de patentes solicitadas y registradas, sitúa a España en puestos acordes a su nivel inversor: en 2020, fue el país 21 del mundo por patentes otorgadas, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, que depende de Naciones Unidas, y el 29 si se pone en relación las patentes solicitadas con la población. En este último aspecto, es donde se aprecia la diferencia con potencias como Corea del Sur, que registró 3.485 patentes por millón de habitantes, frente a las 68 de España, 50 veces más.

El gasto en I+D interna alcanzó un nuevo récord en España en 2020, según los datos más recientes de la Estadística sobre actividades de I+D que publicó a finales del año pasado el Instituto Nacional de Estadística. Se invirtió casi 16.000 millones de euros, un 11 % más que hace una década, tras superar los recortes que supuso la Gran Recesión, de los que más de la mitad, el 55 %, provienen de la inversión empresarial, frente al 45 % que aportan la Administración Pública y las universidades.

En relación al producto interior bruto (PIB), equivalía al 1,4 %, muy por debajo de la media de la Unión Europea, que se sitúa en algo más del 2,3 %. España gasta menos en innovación y desarrollo que países vecinos como Italia y Reino Unido, mucho menos que Estados Unidos y Alemania y a enorme distancia de los líderes en inversión científica, Israel y Corea del Sur, que rozan el 5 % con un tamaño económico y poblacional similar al español.

A este diagnóstico añadí en dicha entrevista que además de la escasez de recursos, en España hay grandes trabas burocráticas para utilizarlos: «Necesitamos mayor flexibilidad, no somos capaces de ejecutar presupuestos entre procesos de contratación y fiscalización. El dinero no llega a tiempo, necesitamos mecanismos mucho más sencillos».

Pero además, y esto me entristece mucho, en España no se cuida a los científicos, «La mayor parte de los investigadores, hasta que llegan a un puesto fijo, pasan por contratos precarios, en proyectos de investigación de duración muy corta », esto aboca a muchos científicos a salir al extranjero. La situación para los jóvenes investigadores, incluyendo como  jóvenes a científicos con 40 años, es desesperada. Para ellos es una tragedia y para el sistema es un despilfarro económico.

La Dra. Carmen Fenoll, presidenta de la Asociación de Mujeres Científicas y Tecnólogas, indica que las mujeres, cada vez más presentes en la investigación -ya son casi el 40 % del total de investigadores-, sufren además otras dificultades, como los obstáculos para acceder a los cargos superiores. «A medida que avanza la carrera investigadora, desaparecen las mujeres. Al principio, en el periodo de formación o iniciación a la investigación, hay casi paridad, pero en el período posdoctoral ya descienden al 44 % y en el máximo nivel, puestos de catedrática de Universidad y profesora de investigación del CSIC, no se alcanza el 25 %», siendo esta evolución demasiado lenta.

Nuestra gran esperanza, la nueva Ley de la Ciencia se ha convertido en una decepción. A pesar del gran consenso político logrado y de algunos cambios que mejoran la situación para científicas y científicos, el análisis global es muy decepcionante. Desde la AEC esperábamos mucho más de una Ley que se ha reformado tras la pandemia, en un momento histórico que la ciencia está más valorada que nunca en nuestro país.

Esta reforma de la Ley de la Ciencia estaba llena de esperanza y buenos deseos. Se esperaba de ella que estableciera un marco a partir del cual la ciencia en España despegara de verdad, que ser científica y científico aquí mereciera realmente la pena. En la COSCE, de la que la AEC es socia fundadora, que agrupa 82 sociedades científicas con más de 40.000 socios, han realizado un análisis de la reforma de la Ley, y concluyen que «no consigue establecer un marco a la altura del compromiso necesario de nuestro país con la ciencia»Dicha Ley no atiende los problemas estructurales, entre ellos, el déficit en financiación, los científicos expatriados, la burocratización, la falta de planes plurianuales, la falta de planificación, o el sistema de información.

Reivindicamos la refundación de la Agencia Estatal de Investigación como un ente independiente, con financiación asegurada que le permita desempeñar planes plurianuales a medio y largo plazo. Esto es algo que ya existe en otros países del entorno, que funciona, que es muy útil, que permite que la política cuente con una asesoría independiente y de calidad en ciencia.

Pero ante este panorama hostil, la AEC muestra un rostro alegre y sereno, es una asociación abierta, que nunca cierra las puertas, que no se queja ni alberga resentimientos, que no es impaciente.

Muchas gracias a todos los presidentes de la AEC por su liderazgo en estas décadas y a los miembros del consejo rector por su trabajo y entusiasmo, así como a los socios y socias que en este medio siglo de vida de nuestra asociación han permitido conservarla viva, activa y dinámica.

Es nuestra obligación promover que la sociedad española considere a la Ciencia como una actividad deseada y querida, imprescindible para el desarrollo, la educación y la libertad. Nuestro compromiso es incrementar nuestra relación con la sociedad y la empresa. La misión del científico es acoger los problemas que se le planteen y prestar sus conocimientos para su resolución.

Paso a continuación al tercer eje de este discurso que es el motivo por el que se realiza este entrañable evento. Un año más la AEC distingue a un reducido número de investigadores e investigadoras españoles de relevancia internacional de entre los muchos recursos humanos de investigación que, sin duda, lo merecen sobradamente por dar respuestas a la necesidad que tienen los individuos de la especie humana de comprender el mundo y comprenderse a sí mismos.

Todos los galardonados, aunque proceden de disciplinas distintas, tienen en común su empeño y obsesión por conocer cómo es y cómo funciona la naturaleza, y por enfocar esta curiosidad que los atrae y dinamiza en resolver cuestiones de gran relevancia científica.

Nombraré a continuación, por orden de intervención, a los premiados de esta 24ª edición en la categoría de científicas y científicos destacados.

En primer lugar, al Dr. Fernando Tomás Maestre Gil, catedrático de Ecología e Investigador distinguido de la Universidad de Alicante, por sus contribuciones de alto impacto y relevancia internacional en ecología de zonas áridas y cambio global, siendo un gran referente en España en su ámbito de conocimiento. Hace unas semanas nos llegó a la AEC la grata noticia de la concesión del Premio Nacional de Investigación a Fernando Maestre, sin duda una gran alegría para él y su grupo de investigación de excelencia, para Sax, la Universidad y provincia de Alicante. Enhorabuena, Fernando, en nombre de todos los socios de la AEC.

En segundo lugar, a la Dra. Isabel Varela Nieto,  profesora de Investigación del Instituto de Investigación Biomédica Alberto Sols (CSIC-UAM), por sus contribuciones científicas a la caracterización del desarrollo embrionario del oído y a las bases de la sordera sindrómica neurosensorial, que han proporcionado potenciales biomarcadores y dianas terapéuticas, así como por sus actividades de gestión, en particular en la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) donde ha dejado una huella muy profunda.

En tercer lugar, a la Dra. L. María Lois, científica titular del CSIC en el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), por sus investigaciones en SUMOylación, habiendo identificado nuevos mecanismos reguladores de conjugación SUMO en plantas y el papel de la SUMOylation en defensa de plantas frente a hongos patógenos, así como por sus actividades de divulgación y gestión como directora del CRAG.

Finalizaré esta categoría mencionado a la Dra. Dolores Eliche Quesada, catedrática de la Universidad de Jaén por sus contribuciones científicas a las investigaciones aplicadas en ciencia e ingeniería de materiales y medioambiente sobre valorización de residuos en nuevos materiales sostenibles.

En la categoría de difusión y divulgación de la ciencia, se premia en esta edición a la Revista Químicos del Sur, por sus contribuciones a la difusión de la ciencia, la tecnología y la innovación, siendo un referente de comunicación científica rigurosa y accesible a toda la sociedad.

Para finalizar, en la categoría de empresas e instituciones se otorga la Placa de Honor a la Fundación Cellbitec por sus relevantes contribuciones a la innovación en el ámbito de la agrobiotecnología e impulso a la colaboración público-privada en diversas líneas de investigación relacionadas con compuestos bioactivos, nutraceútica, nanotecnología y fertilizantes, principalmente.

Mi más sentida y sincera felicitación a todos los galardonados por la AEC.

Una vez concluida la entrega de las seis Placas de Honor AEC 2022, clausurará el acto en nombre del Sr. Rector Magnífico de la UMH, el vicerrector de investigación Domingo Orozco, quien ha tenido, a pesar de su complicada agenda, la amabilidad de presidir este acto y acompañarnos en un día tan entrañable para nuestra sociedad en representación de nuestra Universidad, pero también de todo el personal investigador de las universidades españolas, convertidas junto con el CSIC que, por cierto, fue creado un día como hoy 24 de noviembre (feliz cumpleaños CSIC), en organismos clave para la articulación de la investigación en España en todos los ámbitos de saber.

Como ya he reiterado en algunas de mis  intervenciones, reivindiquemos en esta modesta pero entrañable Gala de la Ciencia a nuestros científicos y científicas y a la Ciencia como potente arma de destrucción masiva contra el negacionismo y la mediocridad.

Les animo a disfrutar intensamente de esta velada.

Muchas gracias por su asistencia.

«Es preciso que desde las universidades y las asociaciones científicas sigamos luchando para conseguir un mayor reconocimiento y una mayor difusión a la sociedad de las actividades científicas y su repercusión para mejorar la calidad de vida de las personas».

«Felicito a la AEC por estos premios que, con esta doble modalidad de reconocimiento a científicos y empresas y medios de comunicación, aporta una visión integradora de la ciencia como una empresa común a todos ellos».

Estimado presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), premiados, presentadores de los premiados, Rectora de la Universidad de Alicante (UA), Decano del Ilustre Colegio Oficial de Químicos del Sur, Vicepresidentes primero, segundo y vocal de la AEC, Profesora de la Universidad de Jaén, colegas de la Ciencia, amigos, y familiares. Hoy jueves, 24 de noviembre, celebramos en este Salón de Actos del edificio Rectorado y Consejo Social del campus de Elche de la UMH, la 24a edición de entrega de Placas de Honor de la AEC.

Quiero agradecer en nombre del rector de la UMH, al que represento, la invitación a participar en este acto, y haber elegido la sede de la UMH para celebrarlo, ya que es un honor asistir a este reconocimiento que, por primera vez, se celebra en una ciudad diferente de la Villa y Corte de Madrid.

En primer lugar, quisiera transmitir mi más cordial felicitación a los investigadores premiados, Dr. Fernando Tomás Maestre Gil, Dra. Isabel Varela Nieto, Dra. María Lois, y Dra. Dolores Eliche Quesada. Y también a las empresas y medios galardonados por hacer investigación y difusión científico-tecnológica e innovación: a la Revista Químicos del Sur y a su director, D. Alberto Plaza Delgado, y a la Fundación Cellbitec y a su presidente, D. Francisco J. Bermúdez Pérez.

A continuación, me gustaría destacar los valores que se reconocen en estas Placas de Honor: «esfuerzo y talento dedicado en España a la generación de conocimiento, a la difusión del mismo y a su aplicación en beneficio de la sociedad». ¡Qué grandes valores para transmitir a nuestros estudiantes!

Si quisiéramos definir la etapa actual de la ciencia en una amplia perspectiva histórica desde los orígenes de la Humanidad, podría denominarse como la industria del conocimiento. Podría decirse que la Ciencia es la industria del siglo XXI. El «que inventen ellos» de don Miguel de Unamuno parece haber quedado atrás en la sociedad española.

Pero estos buenos deseos a veces chocan con la realidad cotidiana. Y vemos como nuestros investigadores e investigadoras, a pesar del cada vez mayor prestigio nacional como internacional que atesoran, no reciben en la sociedad española el reconocimiento adecuado. Ni profesional ni económico. Es preciso que, tanto desde las universidades como desde las asociaciones científicas, sigamos luchando para conseguir un mayor reconocimiento y una mayor difusión a la sociedad de las actividades científicas y su repercusión para mejorar la calidad de vida de las personas.

Quisiera destacar cómo, a lo largo de estos años, la UMH se ha ido desarrollando y consolidando no solo en la sociedad ilicitana, sino también en la provincia de Alicante, a través de sus campus en Altea, Orihuela y San Juan de Alicante. Este hecho se ha debido al trabajo, dedicación y esfuerzo de las mas de 15.000 personas que forman en sus 3 pilares fundamentales: por un lado, sus 13.252 estudiantes, por otro los 1184 profesores y 298 investigadores y sus 607 profesionales de administración y servicios.

Actualmente, podemos decir con orgullo que el proyecto UMH es una realidad consolidada que dispone de 7 Facultades, 2 Escuelas, 27 Departamentos, 13 Centros de Investigación y 6 Institutos de Investigación. En este año, tenemos más de 700 estudiantes matriculados en estudios de doctorado desarrollando proyectos de investigación innovadores. De las tesis leídas el curso pasado, un 30 % lo fueron con mención internacional y 2 de ellas con doctorado industrial, una línea prometedora que queremos impulsar para favorecer la conexión entre la UMH y el tejido empresarial.

En este sentido, quisiera informarles de la realización los próximos 02 y 03 de febrero de 2023 del III Congreso Anual Internacional online de estudiantes de doctorado (CAIED). En la pasada edición, participaron mas de 1200 congresistas de todas las universidades españolas y más de 25 universidades extranjeras. Un congreso organizado por estudiantes para estudiantes que pretende destacar el valor de la ciencia, pero buscando sinergias entre las diferentes ramas del conocimiento para favorecer los proyectos multidisciplinares, la transversalidad y la traslacionalidad. Les animo a que inviten a sus estudiantes de doctorado a participar en el mismo.

Quisiera también hacerles ver el compromiso de la UMH y del vicerrectorado de investigación con la investigación de excelencia, destacando la calidad de los investigadores de nuestra Universidad. Buena cuenta de ello es que 39 de nuestros investigadores se encuentran en las recientes listas que ha publicado la Universidad de Standford a través de Elsevier y Scopus de los investigadores más citados en el año a nivel mundial.

Y, desde luego, intentamos ser mas proactivos en la consecución de recursos, tanto públicos como privados. Así, en recursos anuales conseguidos para investigación hemos pasado de 11,2 millones de euros el pasado ejercicio a 17,4 millones de euros, en el presente, la mayoría de ellos de fondos competitivos públicos, doblando la cifra del curso pasado. Pero también en fondos privados y públicos contratados, doblando la cantidad del año pasado de 2,6 a 4,5 millones de euros.

Dentro de la actividad científica desarrollada, merece destacarse el orgullo de ser la sede de la AEC, presidida por el profesor de la UMH, catedrático D. Manuel Jordán Vidal.

Pero también es verdad que la Ciencia se ve relacionada con otras esferas del desarrollo social que es preciso incluir y valorar. Por ello, quiero destacar que se ha producido en la UMH la aprobación del II Plan de Igualdad de la UMH 2022-2026 y se ha desarrollado y aprobado por Consejo de Gobierno el Plan Estratégico de la UMH 2022-2025, horizonte 2020-2030 que recoge los valores éticos, y principios rectores que marcarán el rumbo de nuestra institución durante los próximos 4 años, alineado con la responsabilidad social universitaria y con la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Decía que hemos de impulsar y defender el valor de la ciencia y del conocimiento, que en nuestra sociedad a veces queda eclipsado por el de la opinión sin fundamento. Si me permito nombrar a Ugur Sahin o a Öezlem Türeci, pocos podrán responder que los conocen. Sin embargo, cuántos minutos de televisión y radio o páginas de prensa se han escrito sobre la opinión que sobre la vacunas contra la COVID-19 tienen personajes de mucha talla en su especialidad (por ejemplo, el tenis o la canción), pero de muy poca talla humana, opinando de temas que desconocen, pero que afectan a millones de personas, y siendo conscientes de que su opinión sin fundamento puede atraer la de miles de personas, deslumbradas por su fama.

Gracias a las investigaciones de Ugur Sahin y Öezlem Türeci, entre muchos otros investigadores, hemos dispuesto en un tiempo increíblemente corto de una vacuna segura y eficaz, contra la COVID-19, que ha salvado millones de vidas en el mundo. Es evidente que debemos poner en valor el conocimiento del científico, del experto y hacerla prevaler sobre la opinión mediática sin fundamento. Pero les cuento una anécdota de una escena de una película del director de cine español, Santiago Segura, donde una trabajadora de una empresa, estudiosa y culta, le explicaba a otra con poca cultura, pero muy activa en las redes sociales, que debía estudiar, formarse. Y en el seno de la conversión, la primera le dice: «Si no sabes ni cuál es la capital de Italia»; a la que la otra contesta: «Pues Venecia, claro». No tienes ni idea, le dijo la primera, tienes que estudiar más, y la segunda le contestó: «Oye, respeta mi opinión». Con demasiada frecuencia, vemos estas situaciones que no hacen más que reforzar la necesidad de una mayor formación cultural y científica en nuestra sociedad especialmente en las personas jóvenes.

Finalizo mis palabras felicitando de nuevo a la AEC por estos premios que, con esta doble modalidad de reconocimiento a científicos y empresas y medios de comunicación, aporta una visión integradora de la ciencia como una empresa común a todos ellos. Y a los premiados, deseándoles los mayores éxitos. Que este reconocimiento no solo sea a la labor desarrollada en el pasado, sino también un estímulo para continuar en el futuro esa línea de excelencia, y si me permiten, lo que aún creo que es más importante, que su legado pueda transmitirse a nuevas generaciones de investigadores creando escuela.

En nombre del rector de la UMH declaro clausurada la 24a edición de entrega de Placas de Honor de la AEC.

Muchas gracias.

Domingo Orozco
Vicerrector de Investigación de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche

Manuel M. Jordán Vidal Presidente de la AEC